Una soldadera, también conocida como adelita, fue una mujer involucrada en la Revolución mexicana, luchando o acompañando a los soldados.[1] El rol de la soldadera en la revolución variaba. Las soldaderas luchaban o trabajaban como cocineras o enfermeras.[aclaración requerida]
La escritora Katya Maldonado Tavillo dice que
“...sin ellas los soldados no hubieran comido ni dormido ni peleado”.[2]
Cabe destacar que el mito de la soldadera como mujer exclusivamente luchadora no es totalmente cierto. Es decir que la mayor cantidad de soldaderas no peleaban, aunque seguían a los campos de soldados. Hubo una gran cantidad de soldaderas que peleaban, y algunas se hicieron famosas, como Petra Herrera, Beatriz González Ortega y Angela Jiménez.[3] Vale notar que mientras que las soldaderas podían pelear si querían, sus roles más comunes consistían en proteger a sus maridos y a sus familias de enfermedades y del hambre.[4]
Las soldaderas también representaron un cambio en las identidades femeninas. Las mujeres hacían tareas consideradas masculinas y después de la revolución, principalmente en las décadas del veinte y del treinta del siglo XX, la gente en México tuvo un cambio social de género.