Las abejas obreras (término de uso más frecuente así, en plural, que en singular) son las abejas hembras infértiles. Una colmena tiene habitualmente de treinta mil (una cámara de cría) a ochenta mil (cuando tiene varias alzas melaria) individuos, de los cuales casi su totalidad son obreras. Las obreras son hembras más pequeñas que la reina y sus aparatos reproductores se encuentran atrofiados (no son funcionales); sólo en algunos casos de orfandad, las obreras ponen huevos (que no están fecundados) de los que saldrán zánganos de tamaño más pequeño que los puestos por la reina.
Desde la puesta del huevo fecundado, una obrera tardará en nacer veintiún días. Los huevos permanecen durante tres días, a continuación eclosionan y surge la larva ápoda y ciega que será alimentada con jalea real durante tres días consecutivos. A partir del tercer día, las larvas se alimentan con una mezcla de polen y miel (pan de abeja) durante otros tres días más, y después se opercula la celdilla para que sufran la metamorfosis. La abeja cuando nace, es peluda, blancuzca, torpe e inofensiva.
Los insectos en su fase adulta tienen una vida corta, que se limita a una determinada época del año, generalmente a la primavera y el verano; viven sesenta y cinco días de promedio. En otoño e invierno las obreras viven de noventa a ciento veinte días. Podemos decir que la vida media de las abejas obreras en general es de ciento cinco días.
Las abejas, en cambio, tienen una mayor longevidad que otros insectos; la duración de su vida depende de factores como el sexo y la actividad desempeñada.
A lo largo de su vida, las obreras realizan distintas tareas según su edad; hasta los veintiún días no salen de la colmena (obreras de interior) y realizan diferentes funciones:
A los veintiún días se les atrofian las glándulas cereras por lo que ya salen de la colmena (obreras de exterior) y se denominan pecoreadoras y recolectan néctar, polen, propóleo y agua.
Estas secuencias no son seguidas por todas las abejas, así como las hay que llegan a pecoreadoras sin haber realizado las actividades anteriores. Algunas, parecen madurar prematuramente, al igual que otras pueden, en determinadas condiciones, rejuvenecer.[cita requerida]
Las obreras tienen varias características específicas; su tamaño es más pequeño que el de los demás componentes de la colmena y su abdomen también es más corto. Además poseen un aparato bucal muy desarrollado con una lengua muy larga que les permite obtener el néctar que almacenan en el buche melario para transportarlo a la colmena. Tienen una visión muy desarrollada ya que la necesitan para la recolección, localización, etc.
En las patas posteriores, poseen una modificación denominada corbícula (cestilla) que les permite transportar el polen y el propóleo (resina de las plantas). Poseen un cepillo de pelos donde quedan recogidos los granos de polen, cuando este cepillo esta lleno, pasan el polen a los cestillas y lo transportan a la colmena.