Aisha bint Abi Bakr | ||
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Información personal | ||
Nombre en árabe | عائشة بنت أَبي بكر | |
Nacimiento |
614 La Meca (Arabia Saudí) | |
Fallecimiento |
c. 13 de julio de 678jul. Medina (califato Omeya) | |
Sepultura | Jannatul Baqi | |
Religión | Islam | |
Familia | ||
Padres |
Abu Bakr as-Siddiq Umm Ruman | |
Cónyuge | Mahoma (620-632) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Poeta | |
Conflictos | Primera fitna | |
A'ishah bint Abi Bakr (613/14 d. C.-16 de julio de 678 d. C.) (en árabe: عائشة)[1] fue la tercera y más joven de las esposas de Mahoma, y su esposa favorita, por lo curiosa que era.[2] En los escritos islámicos su nombre a menudo aparece precedido por el título de «Padre de los Creyentes» (en árabe: أم المؤمنين, romanizado: Umm al-Mu'minin), por la descripción de las esposas de Mahoma en el Corán.[3]
Aisha tuvo un papel importante en la historia islámica primitiva, tanto durante la vida de Mahoma como después de su muerte. En la tradición suní, Aisha es descrita como estudiosa e inquisitiva. Contribuyó a la expansión del mensaje de Mahoma y sirvió a la comunidad musulmana (umma) por 44 años después de la muerte del Profeta.[4] También es conocida por ser la narradora de 2.210 hadices, no sólo en asuntos pertinentes a la vida privada de Mahoma, sino también sobre temas tales como las herencias, la peregrinación y la escatología. Su intelecto y conocimiento en varios campos, incluyendo la poesía y la medicina, fueron ampliamente alabadas por escolares de la fama de Urwah ibn al-Zubayr, como lo describió después Ibn Shihab al-Zuhri.[5] Aisha fue una figura activa en muchos eventos y un importante testimonio de muchos más. Aisha contribuyó al crecimiento, desarrollo y descripción del islam. Fue un modelo a seguir para los demás, así como una importante consultora religiosa y política.[6]
Después de la muerte de Mahoma, Aisha se involucró en la propagación de su mensaje. Estuvo presente a través de los reinados de los cuatro primeros Califas. Su padre, Abu Bakr as-Siddiq, se convirtió en el primer califa en suceder a Mahoma. Durante el reinado del tercer califa, Uthmán ibn Affán, Aisha se le opuso, aunque tampoco se puso de lado de sus asesinos o del partido de Ali. Durante el reinado del cuarto califa, Ali ibn Abi Tálib, quería vengar la muerte de Uthmán, cosa que intentó hacer en la denominada Batalla del Camello. Aisha participó en la batalla, dando discursos y dirigiendo a las tropas desde la retaguardia o el frente, otros sugieren que al principio fue por retaguardia, y luego se puso en el frente por las perdidas, mientras iba a lomos de un camello. Aisha acabó perdiendo la batalla (debido a su inexperiencia probablemente) pero su participación y determinación dejaron una impresión duradera, sobre todo por recibir flechas directas al cuerpo y solo soltar un suspiro, incluso cuando se las quitaron. No consiguieron matarla, y quedó libre a manos de Alí.[7] A pesar de sus logros en la comunidad islámica las crónicas rehusaron desde primer momento a ponerle su nombre a la famosa «Batalla del Camello» en un intento de enterrar su nombre debido a su condición de mujer.[8] Debido a su participación en esta batalla, los musulmanes chiíes tienen una opinión generalmente negativa de Aisha.
Después de esto, se retiró a Medina donde vivió tranquilamente durante más de dos décadas sin participar en política, reconciliándose con Ali y no se opuso al califa Muawiya.