El albedo de Bond es la fracción de energía de la radiación electromagnética incidente total en un cuerpo astronómico que es retrodifundida hacia el espacio. Toma en cuenta todas las longitudes de onda en todos sus ángulos de fase.
Es una medida importante para la caracterización del balance energético de un cuerpo planetario.
Para los objetos del sistema solar, el peso relevante de cada longitud de onda es proporcional al espectro energético solar. La contribución más importante procede de la luz visible, puesto que la mayoría de la emisión solar se produce en este rango.
Como la mayor parte de los albedos, el de Bond es un valor entre 0 y 1.
Puesto que los cuerpos del sistema solar exterior siempre se observan en ángulos de fase muy bajos desde la tierra, el único dato fiable para medir su albedo de Bond procede de sondas espaciales.
El albedo de Bond recibe su nombre del astrónomo estadounidense George Phillips Bond (1825-1865), quien lo propuso originalmente. Se definió originalmente para cuerpos esféricos, pero también es aplicable a objetos irregulares.