Los asteroides Apolo son un grupo de asteroides cercanos a la Tierra que llevan el nombre del asteroide Apolo, descubierto por el astrónomo alemán Karl Reinmuth en la década de 1930. Son asteroides que cruzan la órbita de la Tierra y tienen un semieje mayor orbital mayor que el de la Tierra (a > ua) pero distancias de perihelio menores que la distancia del afelio de la Tierra (q < 1,017 ua).[1][2] Se estima que hay unos 70 millones con tamaños similares a una casa. Hermes e Ícaro son ejemplos de asteroides Apolo. De los asteroides Apolo conocidos el mayor es Sísifo, con un diámetro de alrededor de 10 km, aproximadamente el mismo tamaño que tenía el objeto cuyo impacto creó el cráter de Chicxulub, que se piensa fue el causante de la extinción de los dinosaurios. Otro asteroide Apolo mayor es Geógrafo, de 5,1 km de largo por 1,8 km de ancho.
En diciembre de 2018, el número de asteroides Apolo conocidos era de 10 485, lo que convierte a la clase en el grupo más poblado de objetos cercanos a la Tierra (compárese con los asteroides Atón, Amor y Atira),[3] de los que 1409 están numerados —los asteroides no se numeran hasta ser observados en dos o más oposiciones—, y 1648 están identificados como asteroides potencialmente peligrosos.[4][5] Un acercamiento peligroso es aquel en el que el asteroide y la Tierra se encuentran a una distancia igual o menor a un millón de kilómetros (para ilustrar, la distancia promedio entre la Tierra y la Luna es de 384 400 km. Tres de ellos (1994 XM1, 1993 KA2 y 1994 ES1) pasan entre los 100 000−200 000 km (dentro de la órbita de la Luna). El meteorito de Cheliábinsk del 15 de febrero de 2013 que explotó sobre la ciudad de Cheliábinsk en la región sur de los Urales de Rusia, hiriendo a unas 1500 personas con los vidrios caídos de las ventanas rotas, era un asteroide de clase Apolo.[6][7]
Cuanto más cerca esté su semieje mayor del de la Tierra, menos excentricidad se necesita para que las órbitas se crucen. Los asteroides Apolo solo podrían dejar de cruzar la órbita de la Tierra si su perihelio fuese mayor que el de la Tierra (0,983 ua), si los perihelios del asteroide y de la Tierra estuviesen casi alineados con el Sol, y si la excentricidad del asteroide fuese muy similar a la terrestre. El margen para que ocurra eso es mínimo y en la práctica no sucede; es decir, todos los asteroides Apolo cruzan la órbita de la Tierra.