En las dos primeras acepciones de la RAE, la autoridad se refiere al ejercicio de ciertas potestades de mando o conducción de carácter legítimo.[1] Esto significa que debe contar con algún fundamento, en principio, reconocido por los subordinados. Esto la diferencia del poder, que no requiere de mayor fundamento, más allá de la fuerza, o la capacidad para producir los efectos.
Desde este punto de vista, es objeto de estudio del Derecho, las disciplinas vinculadas a la gestión y los asuntos políticos, la Sociología, entre otras disciplinas.
Desde otras acepciones, se hace referencia una persona o institución de cierto prestigio o reconocimiento público, sobre alguna materia en particular.[2]