La avenida Corrientes es una de las principales vías públicas de la Ciudad de Buenos Aires, capital y ciudad más habitada de Argentina. Conocida tras la fundación como "sendero del Sol"[1], la avenida Corrientes cuenta con una rica historia como eje cultural y centro de la vida nocturna de la ciudad, y está estrechamente ligada a la identidad porteña y a su música, especialmente al tango.
La avenida Corrientes ha contado a lo largo de su historia con una gran cantidad de bares y teatros famosos, como Politeama Argentino, Apolo, Odeón y el viejo Teatro Ópera, que fueron, a fines del siglo XIX, el escenario para el surgimiento del tango y el teatro argentino; notablemente, en estos espacios se interpretó la obra gauchesca de 1886 Juan Moreira, considerada fundacional para el teatro de la ciudad. Carlos Gardel, el cantante de tango más conocido de todos los tiempos, vivió en la avenida entre 1904 y 1918, y participó de múltiples espectáculos en bares y teatros de la avenida a lo largo de su carrera.
Actualmente, la avenida se extiende 69 cuadras, desde la avenida Eduardo Madero al este hasta la avenida Federico Lacroze al oeste, atravesando los barrios de San Nicolás, Balvanera, Almagro, Villa Crespo y Chacarita. Su primer tramo transcurre en una zona mayoritariamente financiera de san Nicolás; al cruzar calle Florida, se transforma en un polo cultural recorrido tanto por porteños como turistas, donde destacan sus espectáculos artísticos y culturales, así como sus librerías, confiterías y pizzerías. En el cruce con avenida 9 de Julio se encuentra el Obelisco de Buenos Aires, símbolo de la ciudad. El periodista Roberto Gil popularizaría en los 50 su apodo "la calle que nunca duerme".[2]
Por un sector de la avenida circuló el primer ferrocarril argentino, así como el tren y el tranvía "de la muerte", durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871. En la actualidad la línea B de subterráneos recorre toda su trayectoria.
Diversos estilos arquitectónicos pueden hallarse en ella, desde el academicismo hasta el art nouveau, del neogótico moderno pasando por el francés borbónico y el rascacielos moderno de vidrio u hormigón.[cita requerida]
La Asociación Amigos de la Calle Corrientes colabora con la planificación urbanística de la avenida, y fue la responsable de la colocación de placas conmemorativas en 40 esquinas, con imágenes de figuras ilustres del tango que caminaron por ella.
¡Corrientes, por la noche! Mientras las otras calles honestas duermen para despertarse a las seis de la mañana, Corrientes, la calle vagabunda, enciende a las siete de la tarde todos sus letreros luminosos, y enguirnaldada de rectángulos verdes, rojos y azules, lanza a las murallas blancas sus reflejos de azul de metileno, sus amarillos de ácido pícrico, como el glorioso desafío de un pirotécnico.
La calle que se quiere, que se quiere de verdad. La calle que es linda de recorrer de punta a punta porque es la calle de vagancia, de atorrantismo, de olvido, de alegría, de placer.