BDSM es un término (originalmente proveniente de países de habla inglesa) creado para abarcar un grupo de prácticas a menudo eróticas libremente consensuadas[1] que, en algunos casos, son consideradas como un estilo de vida.[2] Se trata de una sigla que combina las letras iniciales de las palabras Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Abarca, por tanto, un conjunto de seis modalidades eróticas relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidades alternativas.[3] Dada la amplia variedad de prácticas, en algunas de las cuales pueden participar personas que no consideran que estén practicando el BDSM, a menudo se dice que la inclusión dentro de la comunidad o subcultura BDSM depende de la autoidentificación y la experiencia compartida.
El primer uso registrado de las iniciales BDSM corresponde a una discusión en la Usenet en 1991, y se interpreta como una combinación de las abreviaturas B/D (Bondage y Disciplina), D/s (Dominación y sumisión), y S/M (Sadismo y Masoquismo). BDSM se usa ahora como una frase que abarca todo el amplio rango de actividades, formas de relaciones interpersonales y subculturas distintas. Las comunidades BDSM están generalmente abiertas a cualquier persona de disposición no normativa que se identifique con la comunidad, lo que puede incluir transformistas, entusiastas de las modificaciones corporales, aficionados al juego de roles de animales, aficionados al fetichismo de látex y otros.
A veces, en el habla cotidiana, se utilizan las expresiones «sado» o «sadomasoquismo» para referirse al BDSM. El uso de ambos términos es ambiguo e incorrecto, en parte por tratarse de palabras creadas por la psiquiatría para definir patologías mentales,[4][5] tomadas de manera arbitraria de obras literarias,[6] y también porque las prácticas abarcadas por el BDSM son variadas y admiten gran cantidad de manifestaciones diferentes, muchas de las cuales no implican el placer relacionado con el dolor que es característico del sadismo y el masoquismo.
Como práctica erótica el BDSM se apoya siempre en el consenso libre, pleno, informado y actual de los participantes y se distingue radicalmente del sadismo criminal.[7] Las actividades y relaciones en el BDSM suelen caracterizarse por la asunción por parte de los participantes de roles que son complementarios e implican desigualdad en términos de poder; por lo tanto, la idea del consentimiento informado de ambos miembros de la pareja es esencial. Los términos sumiso/a y amo/a se utilizan a menudo para distinguir estos roles: la pareja dominante (en inglés, abreviado como «dom», a veces traducido como amo o ama) asume el control psicológico sobre la sumisa (en inglés, abreviado como «sub»). También se utilizan los términos del inglés top (aproximadamente traducible como «superior» o «activo/a») y bottom (aproximadamente traducible como «inferior» o «pasivo/a»); el o la top es quien instiga una acción, mientras que el o la bottom es el receptor de la misma. Los dos grupos de términos son sutilmente diferentes: por ejemplo, alguien puede elegir actuar como bottom de otra persona, por ejemplo, recibiendo azotes, de forma puramente recreativa, sin que exista implicación alguna de estar siendo dominado/a psicológicamente, y a los sumisos se les puede ordenar que den masajes a sus parejas dominantes. Si bien el o la bottom lleva a cabo la acción y el o la top la recibe, no necesariamente han intercambiado los roles.