Un banco de desarrollo es una institución financiera creada por un Estado o varios Estados (países) con el objeto de financiar, normalmente a una tasa de interés inferior a la del mercado (o con otras ventajas, llamadas "condiciones concesionales"[1] —como un plazo de carencia más largo— para diferenciarlas de las "condiciones comerciales" ofrecidas por los bancos privados), proyectos cuya finalidad es promover el desarrollo económico de una determinada región o grupo de países.
Por lo general el capital del banco lo forman las contribuciones de los Estados miembros, los cuales, según el monto de su aportación, tienen un voto ponderado en el directorio y otros órganos de toma de decisiones.