Blaise Pascal | ||
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Copia de un retrato de Blaise Pascal c.1690. | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
19 de junio de 1623 Clermont-Ferrand, Auvernia, Puy-de-Dôme, Francia | |
Fallecimiento |
19 de agosto de 1662 (39 años) París, Francia | |
Sepultura | Iglesia de Saint-Étienne-du-Mont | |
Residencia | Clermont-Ferrand, París, Ruan y París | |
Religión | Jansenismo | |
Lengua materna | Francés | |
Familia | ||
Padres |
Étienne Pascal Antoinette Begon | |
Educación | ||
Supervisor doctoral | Marin Mersenne | |
Información profesional | ||
Área | Matemática, física, filosofía y religión | |
Conocido por |
Principio de Pascal Triángulo de Pascal Teorema de Pascal Apuesta de Pascal Pascalina | |
Seudónimo | Louis de Montalte, Amos Dettonville y Salomon de Tultie | |
Obras notables | ||
Firma | ||
Blaise Pascal (pronunciación en francés: /blɛz paskal/; Clermont-Ferrand, 19 de junio de 1623-París, 19 de agosto de 1662) fue un matemático, físico, filósofo, teólogo católico y apologista francés. Sus contribuciones a la matemática y a la historia natural incluyen el diseño y construcción de calculadoras mecánicas, aportes a la teoría de la probabilidad, investigaciones sobre los fluidos y la aclaración de conceptos tales como la presión y el vacío. Después de un trastorno depresivo y una experiencia religiosa profunda en 1654, Pascal se dedicó también a la filosofía y a la teología.[1]
Se le recuerda por ser el autor de las Lettres provinciales (1657) y Pensées (1670). En este último, publicado póstumamente, su tema central es la paradójica naturaleza humana y la debilidad del hombre, que es como una «caña débil», pero también una «caña que piensa» gracias a la razón, pero esta, por sí sola, se enreda en una maraña de inteligibilidad, siendo imposible probar la existencia de Dios, la inmortalidad del alma o el sentido de la vida. Fue un crítico del racionalismo, decía que la razón debe seguir las «razones del corazón» por medio de la gracia divina y en la fe cristiana para encontrar aquellas respuestas.[2][3]
En un sentido amplio, es considerado también como un precursor temprano del «existencialismo»,[4] por sus temas como la responsabilidad individual como en su apuesta monoteísta, la idea de que el hombre no está hecho, sino que tiene que hacerse y la invocación del hombre concreto a la existencia influyó considerablemente a Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche; autores que sentaron las bases del existencialismo.
Pascal ofreció además su famosa falacia de falso dilema «apuesta», argumentando que al no poder saber con la razón si Dios existe, tiene más sentido apostar por su existencia, porque tenemos toda una felicidad eterna que ganar y poco o nada que perder, mientras que si no creemos, nos arriesgamos a una condena eterna. Por eso es racional apostar por el teísmo cristiano viviendo una vida religiosa.
Entre sus descubrimientos e invenciones como científico destacan: el triángulo de Pascal, el principio de Pascal, la pascalina. La unidad de presión «pascal» lleva su nombre en honor a sus contribuciones en hidrodinámica, hidrostática y sus experimentos de la presión y el vacío con un barómetro.[5][6]