El carcaj o aljaba es una caja o cilindro de piel, madera y/o tela[1] usada por los arqueros para transportar las flechas,[2] saetas, dardos o jabalinas, permitiéndoles alcanzarlas con facilidad y rapidez. Su uso está documentado desde la prehistoria y la más antigua de que se tiene noticia es la que se encontró junto a Ötzi (nombre dado a la momia de un hombre que falleció hacia el 3255 a. C.).
El carcaj se cuelga normalmente a la espalda,[3] para facilitar al arquero libertad de movimientos y al mismo tiempo accesibilidad a los proyectiles; pero también a la cintura.[4] Durante las batallas de la antigüedad las formaciones de arqueros solían clavar las flechas en el suelo justo frente a ellos para hacer el acceso a las flechas aún más rápido.