El caso genitivo (griego clásico: γενική πτῶσις; griego moderno: γενική πτώση; latín: Genetivus; también llamado segundo caso) es un caso de los sustantivos que indica que un nombre es un complemento nominal de otro. Normalmente la relación "(el) X de Y" se expresa en las lenguas que tienen caso genitivo como "(el) X Y*", donde el asterisco * indica que la palabra que representa Y tiene una terminación especial o lleva un morfema específico que indica que tiene caso genitivo.
El genitivo es también denominado como posesivo, aunque no hay que confundirlo con el caso posesivo, debido a su corriente uso para denotar esa relación. Sin embargo, esta segunda denominación se queda corta, ya que el genitivo no solo cubre relaciones de posesión, sino también muchas otras tales como 'material del que está hecho', 'objeto relacionado con'... Ejemplo: el polaco es una lengua con genitivo, así "dobrej szafy" ('de buen armario').
En alemán, en el caso nominativo, "Der Mann ist gross" significa "El hombre es grande", pero en genitivo ("Das ist der Hund des Mannes", que significa "Ese es el perro del hombre"), tanto el artículo como el sustantivo se declinan para indicar el caso. De todos modos, en la lengua hablada cada vez se utiliza menos este caso; en muchos dialectos se sustituye frecuentemente por "von + dativo" (Der Hund von dem Mann) o incluso por la construcción "dem Mann sein Hund".[1]
Muchas lenguas tienen el caso genitivo, incluyendo a: albanés, alemán, árabe, armenio, canarés, checo, estonio, euskera, finés, gaélico escocés, georgiano, griego, gótico, húngaro, irlandés, islandés, latín, letón, lituano, rumano, sánscrito, sueco, tamil, telugu, turco y todas las lenguas eslavas excepto el búlgaro y el macedonio.