Se conoce con el nombre de Cautiverio de Babilonia o Cautividad en Babilonia al período en el que parte considerable de los habitantes del reino de Judá estuvieron exiliados en Babilonia. Comenzó la deportación y el exilio de los judíos inmediatamente después de la toma de Jerusalén y la destrucción del templo por Nabucodonosor II, y finalizó con el edicto del rey persa Ciro de 538 a. C., que permitió el regreso de los judíos a sus tierras de origen al año siguiente.[1][2][3]
El Imperio babilónico llevó a los judíos al cautiverio en el año 586 a. C. o 597 a. C. (primera deportación), lo cual implicaría una duración de cincuenta años o sesenta años de exilio. Dado que Jeremías indica una duración de setenta años, algunos autores fijan su comienzo en 608 a. C. y otros ven su fin en el año 516 a. C., con la reconstrucción del primer templo de Jerusalén.[4]