La caza mayor es aquella en que se persigue a los animales catalogados como tales; en países como España son el jabalí, ciervo. gamo, cabra montés, corzo, muflón y arrui, y en ocasiones también pueden incluirse el lobo y el oso.[1]
De las numerosas formas de practicar la caza mayor, dos son las más comunes: el rececho y la batida (o montería). La primera consiste en localizar al animal, perseguirlo procurando no ser visto, efectuar la aproximación final y disparar. La batida se practica por un grupo de cazadores que se ayudan en la labor de perseguir y acorralar las piezas: por lo general un grupo de estos cazadores permanecen en puestos fijos, a la espera, y otro grupo, llamado batidores, levantan y ahuyentan a los animales hacia los puestos en los que se encuentran los primeros. El aguardo y el vaqueo son modalidades de caza a la espera consistentes en esperar a la pieza en los lugares de paso fijo o en los comederos con objeto de abatirla.