Cleopatra | ||
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Reina-faraón de Egipto | ||
Escultura romana de Cleopatra con una diadema real, de mediados del siglo I a. C. (época de sus visitas a Roma en 46-44 a. C.) encontrada en una villa italiana en la Vía Apia, actualmente expuesta en el Altes Museum.[1][2][3][n 1] | ||
Reinado | ||
52-51 a. C. (junto a Ptolomeo XII) 51-47 a. C. (junto a Ptolomeo XIII) 47-44 a. C. (junto a Ptolomeo XIV) 44-30 a. C. (junto a Cesarión)[4][n 2] | ||
Predecesor | Ptolomeo XII | |
Sucesor | Cargo desaparecido tras la anexión de Egipto por el imperio romano | |
Información personal | ||
Nombre completo | Cleopatra Filopátor Nea Thea | |
Coronación | 51 a. C. | |
Nacimiento |
69 a. C. Alejandría, Egipto | |
Fallecimiento |
10-12 de agosto de 30 a. C. (39 años)[n 2] | |
Familia | ||
Dinastía | Ptolemaica | |
Padre | Ptolomeo XII | |
Madre | Desconocida, posiblemente Cleopatra VI (también conocida como Cleopatra V)[n 3] | |
Consorte | Ptolomeo XIII (posiblemente), Ptolomeo XIV, Julio César y Marco Antonio | |
Hijos | Cesarión, Alejandro Helios, Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo | |
Cleopatra VII Thea Filopátor —en griego antiguo: Κλεοπᾰ́τρᾱ Φιλοπάτωρ, romanizado: Kleopátrā Philopátōr—[5] (69 a. C.-10 o 12 de agosto de 30 a. C.),[n 2] conocida como Cleopatra, fue la última gobernante de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto, aunque nominalmente la sucedió como faraón su hijo Cesarión.[n 4] También fue diplomática, comandante naval, lingüista[6] y escritora de tratados médicos.[7] Era descendiente de Ptolomeo I Sóter, fundador de la dinastía, un general grecomacedonio[n 5] de Alejandro Magno. Tras su muerte, Egipto se convirtió en provincia del Imperio romano, lo que marcó el final del período helenístico que se había iniciado con el reinado de Alejandro (336-323 a. C.).[n 6] Aunque su lengua materna era la koiné griega, fue la primera soberana ptolemaica en aprender el idioma egipcio.[n 7]
En 58 a. C. presuntamente acompañó a su padre, Ptolomeo XII, durante su exilio en Roma tras una revuelta en Egipto (para entonces un Estado cliente de Roma), lo que permitió que su hermana mayor, Berenice IV, reclamara el trono de Ptolomeo. Berenice murió en batalla en 55 a. C., cuando su padre volvió a Egipto con ayuda militar romana. Cuando Ptolomeo murió en 51 a. C., Cleopatra y su hermano menor, Ptolomeo XIII, accedieron al trono como corregentes, pero la ruptura entre ambos desató una guerra civil.
Tras la derrota sufrida en 48 a. C. en la batalla de Farsalia por parte de su rival Julio César durante la segunda guerra civil romana, el estadista romano Pompeyo el Grande huyó a Egipto. Pompeyo había sido aliado político del padre de Cleopatra, pero a sugerencia de los eunucos de su corte, Ptolomeo XIII ordenó emboscar y asesinar a Pompeyo mientras César ocupaba Alejandría en persecución de su enemigo. Como cónsul de la República romana, César trató de reconciliar a Ptolomeo XIII con su hermana Cleopatra, pero Potino el Eunuco, consejero principal del monarca egipcio, creía que los términos que proponía el cónsul beneficiaban a Cleopatra, por lo que sus fuerzas sitiaron a César y Cleopatra en Alejandría. El asedio se levantó gracias a la llegada de aliados de César a comienzos de 47 a. C. y Ptolomeo XIII murió poco después en la batalla del Nilo. Arsínoe IV, media hermana de Cleopatra que había liderado el asedio, se exilió en Éfeso. César, ya elegido dictador, declaró a Cleopatra y a su hermano menor Ptolomeo XIV cogobernantes de Egipto. Sin embargo, el general romano inició una relación sentimental privada con Cleopatra de la que nació Cesarión. Cleopatra viajó a Roma en 46 y 44 a. C. como reina vasalla y se alojó en la villa de César. Cuando este fue asesinado en 44 a. C., Cleopatra intentó que su hijo fuera designado heredero, pero no pudo debido al ascenso al poder de Octavio (posteriormente conocido como Augusto y que sería el primer emperador de Roma en 27 a. C.). Entonces, Cleopatra ordenó asesinar a su hermano Ptolomeo XIV y elevó a su hijo Cesarión como corregente de Egipto, con el nombre de Ptolomeo XV.
Durante la tercera guerra civil de la República romana (43-42 a. C.), Cleopatra se alió con el Segundo Triunvirato, formado por Octavio (sobrino nieto y heredero de César), Marco Antonio y Lépido. Tras su encuentro en Tarso en 41 a. C., la gobernante egipcia inició una relación con Marco Antonio de la que nacieron tres hijos: Alejandro Helios, Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo. Antonio usó su autoridad como triunviro para ejecutar a Arsínoe IV, cumpliendo el deseo de Cleopatra, y se apoyó cada vez más en la reina egipcia tanto para obtener financiación como ayuda militar durante sus invasiones del imperio parto y del Reino de Armenia. En las Donaciones de Alejandría, los hijos de Cleopatra con Marco Antonio fueron nombrados gobernantes sobre varios territorios bajo la autoridad de Antonio. Este hecho, unido al matrimonio de Marco Antonio con Cleopatra después de su divorcio de Octavia la Menor, hermana de Octavio, desató la cuarta guerra civil de la República romana. Después de iniciar una guerra de propaganda, Octavio forzó a huir a los aliados de Antonio en el senado romano y le declaró la guerra a Cleopatra en 32 a. C. La flota de guerra de Marco Antonio y Cleopatra fue derrotada por la de Octavio, bajo el mando de su general Agripa, en la batalla de Accio en 31 a. C., tras lo cual las tropas romanas de Octavio invadieron Egipto en 30 a. C. y derrotaron a las de Antonio, tras lo cual éste se suicidó. Cuando Cleopatra se enteró de que Octavio pretendía llevarla a Roma para exhibirla durante su procesión de triunfo, también se suicidó tomando veneno, si bien popularmente se cree que lo hizo dejándose morder por una áspide.
El legado de Cleopatra permanece en numerosas obras de arte, tanto antiguas como modernas y numerosas dramatizaciones de su vida en la literatura y otros medios. Varias obras de la historiografía romana y la poesía latina retratan a la reina de Egipto, generalmente brindando una perspectiva negativa y polémica de su semblanza, perspectiva que pervivió en la literatura medieval y renacentista. Las artes visuales de la antigüedad representaron a Cleopatra en monedas romanas y ptolemaicas, esculturas, bustos, relieves, vasijas de cristal, camafeos y pinturas. Fue tema de muchas obras del arte renacentista y barroco, como esculturas, pinturas, poemas y obras de teatro como Antonio y Cleopatra (1608), de William Shakespeare, y óperas como Julio César en Egipto (1724), de Händel. En tiempos recientes, ha aparecido tanto en bellas artes como en artes aplicadas, en sátiras burlescas, en películas de Hollywood como Cleopatra (1963) interpretada por Elizabeth Taylor, o como imagen de marcas comerciales, por lo que desde el siglo XIX es un icono pop de la «egiptomanía».
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