El comercio de animales salvajes (también conocido como tráfico de animales salvajes, tráfico de mascotas, comercio de mascotas, tráfico de animales silvestres o comercio de animales silvestres) comprende el comercio legal e ilegal de especies de animales salvajes y/o productos derivados. Entre los productos derivados, algunos conllevan la muerte del animal. El tráfico ilícito de vida silvestre es la expresión para describir cualquier crimen de naturaleza ambiental que incluya venta, contrabando, captura o colecta de animales en peligro de extinción, vida silvestre protegida (fauna y flora, sujetas a cuotas y reguladas por permisos legales), caza furtiva, sus derivados o productos, en contravención de leyes y tratados nacionales e internacionales.[1][2] En muchos países el comercio de animales silvestres está reglamentado por las leyes nacionales para la protección de las especies en peligro de extinción; en Argentina por ejemplo, existe la Ley Nacional N° 22.421 que protege la fauna autóctona y prohíbe su comercialización. Además de la misma, que es una ley de adhesión, cada provincia argentina cuenta con sus propias normas.[3][4] A nivel internacional, el comercio de animales salvajes se rige por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), ratificada por una gran mayoría de países en el mundo.