Conquista de Mallorca | ||||
Pollentia, fundada durante la conquista de Metelo | ||||
Fecha | 123-121 a. C. | |||
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Lugar | Mallorca | |||
Resultado | Victoria romana | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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La conquista romana de Mallorca fue llevada a cabo por el cónsul y general romano Quinto Cecilio Metelo, (el cual recibió posteriormente el sobrenombre de Balearicus), con el pretexto de que las islas Baleares eran un refugio de piratas, en el 123 a. C.[1] Asimismo, también se baraja como añadido al principal casus belli el interés del imperio romano por incluir a los honderos baleares a sus tropas, ya que su habilidad con la honda era bien conocida debido a los azotes recibidos durante las contiendas de las guerras púnicas.[2] Entre otra serie de motivos también ha de añadirse la estrategia militar de contar con una vía marítima hacia Hispania, ya que por tierra les suponía una dificultad extrema, dado que se encontraban en guerra con la Galia Narbonense, las riquezas de las tierras baleáricas, y también a las políticas de expansión de Roma.[3] No obstante, la verdadera finalidad de la incursión consistía en establecer una cuña al comercio fenicio.[4]
Metelo, a sabiendas de la destreza de los isleños con la honda mandó cubrir sus barcos con pieles, formando una especie de tiendas donde podían ponerse a cubierto para evitar los proyectiles lanzados y poder así desembarcar en la isla, donde le resultó arduo encontrar a los habitantes, dado que todavía vivían de modo salvaje en grutas.[5] (en la Sierra de Na Burguesa, Calviá, están registradas 45 cuevas[6] algunas usadas como refugio y obtención de agua.[7]) Desde la perspectiva militar es de suponer que la invasión no supuso una verdadera dificultad para las tropas romanas, bien organizadas y armadas, frente a la población indígena, cuya mejor defensa era el uso de la honda y poco más, además de ser una sociedad completamente tribal y con inferior capacidad de organización. Asimismo, algunas fuentes hacen hincapié en la gran matanza de habitantes y destrucción de los santuarios indígenas situados en Son Carrió, Son Favar y Roca Rotja.[8] Esta invasión supuso el fin del período postalayótico de la isla de Mallorca.[9]
Tras una campaña de dos años, en 121 a. C., incorporó las islas a la provincia de Hispania Citerior, y fundó la ciudad de Palma, hoy día capital de la isla, y también Pollentia, que fue la capital tras la conquista, con tres mil colonos romanos (Iberias Romaion) traídos de la península ibérica. De todos modos, dado que el origen de las familias pertenecientes a la élite provenían de Italia, específicamente de la zona del Piceno, otros historiadores han estimado que muchos de los colonos fueron traídos también desde allí,[10] específicamente de una de las 35 tribus romanas, la conocida como Velina.[11]
Aunque al parecer la romanización de la isla se llevó a cabo con cierta facilidad, se ha estimado que fuese posible que esta llegase antes por vía económica que por cultural, dado el carácter del indígena mallorquín, susceptible a una rápida asimilación de la cultura foránea, y también por la escasa formación cultural de los colonos para poder latinizar y reducir la cultura talayótica en un centenar y medio de años.[12] De todos modos, cabe destacar que la diplomacia entre Roma y las islas se había establecido nueve décadas atrás, tal y como comenta el historiador Tito Livio, con el envío de emisarios baleáricos en 217 a. C. al general Cneo Cornelio Escipión Calvo debido a las operaciones llevadas a cabo por una escuadra romana a Ibiza, (isla que por entonces era llamada Ebusus) ciudad que formaba parte del bando cartaginés durante la segunda guerra púnica.[13] Este periodo de dominación romana duró hasta el 455 d. C., cuando las tomaron los vándalos.[14]