La Corona Imperial de Rusia, o Gran Corona Imperial, es la corona que sirvió para coronar a los soberanos del Imperio ruso desde Catalina II de Rusia hasta la coronación de Nicolás II de Rusia en 1896. Nicolás II utilizó la corona por última vez durante la ceremonia de la apertura de la I Duma Estatal en 1906. Fue uno de los símbolos del poder imperial, presente en escudos y sellos oficiales hasta 1917. Tras la disolución de la Unión Soviética la Corona fue nuevamente usada en distintos escudos, entre ellos el de la propia Rusia (que recuperó todos los atributos monárquicos) o el de la ciudad de San Petersburgo.
Hoy en día está exhibida en el Fondo de Diamantes de la Armería del Kremlin, en Moscú.