La corriente de conciencia es en la literatura un modo o método narrativo que intenta "describir la multitud de pensamientos y sentimientos que pasan por la mente" de un narrador.[1] El término fue acuñado por Daniel Oliver en 1840 en First Lines of Physiology: Diseñado para el uso de estudiantes de medicina, cuando escribió:
If we separate from this mingled and moving stream of consciousness, our sensations and volitions, which are constantly giving it a new direction, and suffer it to pursue its own spontaneous course, it will appear, upon examination, that this, instead of being wholly fortuitous and uncertain, is determined by certain fixed laws of thought, which are collectively termed the association of ideas.[2]Si separamos de esta corriente mezclada y en movimiento de conciencia, nuestras sensaciones y voliciones, que constantemente le dan una nueva dirección, y permitimos que siga su propio curso espontáneo, parecerá, tras el examen, que esto, en lugar de ser completamente fortuito e incierto, está determinado por ciertas leyes fijas del pensamiento, que en conjunto se denominan asociación de ideas
Más conocido, quizás, es su empleo en 1855 por Alexander Bain en la primera edición de El sentido y el intelecto, cuando escribió: "La concurrencia de sensaciones en una corriente común de conciencia, en la misma vía cerebral, permite que las de sentidos diferentes se asocien tan fácilmente como las sensaciones del mismo sentido".[3] Pero comúnmente se le atribuye a William James la creación del término, quien lo usó en 1890 en sus Principios de psicología. En 1918, la novelista May Sinclair (1863-1946) aplicó por primera vez el término corriente de conciencia, en un contexto literario, al hablar de las novelas de Dorothy Richardson.[4] Pointed Roofs (1915), la primera obra de la serie de 13 novelas semiautobiográficas de Richardson titulada Peregrinación,[5][6] es la primera novela completa sobre la corriente de conciencia publicada en inglés. Sin embargo, en 1934, Richardson comentó que " Proust, James Joyce, Virginia Woolf y DR... todos estaban usando 'el nuevo método', aunque de manera muy diferente, simultáneamente".[7] Hubo muchos precursores anteriores y los escritores contemporáneos todavía utilizan la técnica.