En la mitología griega, Creonte (Κρέων / Kreōn) es un rey de Corinto, hijo de Licáeto.[1][2] Higino, confundiendo personajes, dice que Creonte es hijo de Meneceo (pero se refiere a otro Creonte).[3] Creonte fue padre de una hija, llamada Creúsa[4][5][3][6] o Glauce,[7][3] que tuvo unión con Jasón, y de un hijo, Hípotes, que acusó a Medea del asesinato cometido contra su familia.[8] La esposa de Creonte permanece innominada.[9]
Según una obra perdida de Eurípides, Medea, resumida en la Biblioteca mitológica, se dice que, después de la muerte de Pelias y de ser desterrados por obra de Acasto, Jasón y Medea fueron de Yolco a Corinto. Vivieron felices durante diez años, hasta que Creonte prometió dar a su hija Glauce a Jasón, quien abandonando a Medea se casó con ella. Medea invocó a los dioses por los que Jasón había jurado y, tras reprochar a éste muchas veces su ingratitud, envió a la Glauce un peplo envenenado que al vestirlo la abrasó con fuego voraz, así como a su padre que había acudido a socorrerla.[7]
Eurípides dice que durante su locura Alcmeón había engendrado en Manto, la hija de Tiresias, un hijo, Anfíloco, y una hija, Tisífone; llevó los niños a Corinto y los entregó al rey Creonte para que los criase; pero a Tisífone, que sobresalía por su belleza, la mujer de Creonte la vendió como esclava, pues temía que Creonte la hiciera su esposa. Alcmeón la compró y la tuvo como sirvienta, sin percatarse de que era su propia hija; cuando fue a Corinto para reclamar a sus hijos, recobró también a Anfíloco.[9][10]