Crono (primigenio)

Crono esperando en el cementerio monumental de Staglieno, Génova.

En la mitología griega, Crono, Chrono[1]​ o Chronos[2]​ (en griego antiguo, Χρόνος; romanización, Khrónos; pronunciación, clásica: kʰrónos, Koiné: kʰrˈo̞no̞s, bizantina: xrˈonos; significado: ‘tiempo abstracto general, tiempo o periodo determinado[3]​’; literalmente ‘Tiempo’)[4][5]​ era la personificación del tiempo, según se dice en las obras filosóficas presocráticas y en la literatura posterior. Algunos autores optan en la actualidad por usar una transcripción fonética netamente hispánica para la letra griega Χ (Ji), adoptando así la forma Jronos.[6]​ Manuel F. Galiano recomienda, en el caso de que el titán Crono (Κρόνος, Krónos) y el primordial Crono (Χρόνος, Chrónos) se encuentren citados en el mismo texto, transcribir al primordial como el Tiempo (Tempus en latín) para evitar confusiones innecesarias.[7]

Fue especialmente durante el Renacimiento cuando Chrónos se popularizó en la figura del Padre Tiempo, cuyos atributos son la barba larga blanca y una guadaña para segar las cosechas.[8]​ Algunos estudiosos modernos también identifican al Tiempo con el AñoEón (Αἰών, Aión)— , comprendido como el tiempo cíclico.[9]​ Una buena prueba de ello lo podemos ver en los mosaicos grecorromanos, que representan a un hombre sosteniendo entre sus manos la elíptica del zodíaco.[10]Nono también identifica al Tiempo con el Año, describiéndolo como «de largos cabellos canosos».[11]

Sustantivo significado
χρόνος (jrónos) «Tiempo, período, época determinada, duración de la vida, edad, época del año, demora».
αἰών (aión) «Tiempo, edad, época, siglo, tiempo de vida, vida, destino, el espíritu de los tiempos».
καιρός (kairós) «Momento oportuno, ocasión, coyuntura favorable, conveniencia, ventaja, tiempo, momento presente, actualidad, circunstancia».

Difícil es establecer una familia coherente para el Tiempo debido a su naturaleza primordial. En cuanto a su descencencia, Eurípides dice que Eón es hijo del Tiempo.[12]​ Por sí mismo el Tiempo engendra a Caos, Éter, Érebo y el huevo cósmico.[13]Epicuro dice que el mundo comenzó a semejanza de un huevo, y el Viento (las formas entrelazadas del Tiempo y la Necesidad) rodeó el huevo a modo de serpiente; de este modo el Tiempo y la Necesidad no fueron engendrados por ningún progenitor, pues ya existían por sí mismos como una misma entidad indisoluble.[14]​ El filósofo Ferécides de Siros, en su obra perdida Heptámykhos («Siete receptáculos»), dice que desde siempre habían existido tres principios: Zas (Zeus), Ctonia (Gea) y Chrónos. La labor del Tiempo es la de ser un demiurgo, que mediante un onanismo formó el fuego, el aire y el agua. Tras el establecimiento del orden cósmico el filósofo postula una lucha entre el Tiempo y Ofioneo (Ofión) en la que finalmente vence el Tiempo y expulsa a Ofioneo a las profundidades marinas del Ogeno.[15][16][17]​ Otros alegan que «las hijas del Tiempo, las doce Horas circulares, acompañan como sirvientas al brillante carro de Helio».[18]​ También se dice que el Tiempo, unido con la Noche (Nix), fue padre del Día (Hémera)[19]​ e incluso de las Moiras.[20]

  1. Término como Crono (al igual que el titán en español se escribe del mismo modo):
  2. Término como Cronos (al igual que el titán en español se escribe del mismo modo):
  3. Crono, tiempo determinado:
  4. Georg Autenrieth. «Literal de Crono, significado». A Homeric Dictionary (en inglés). Consultado el 1 de abril de 2012. 
  5. Proclo (1995). Lecturas del Crátilo de Platón. Ediciones AKAL. p. 131. ISBN 9788446009443. Consultado el 11 de marzo de 2012. 
  6. Algunos ejemplos de dicha adaptación fonética española de la palabra griega Khrónos:
  7. Manuel F. Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos, apartado 283 (refiriéndose también al apartado 182, en el que nos habla de las confusiones de las transcripciones del titán y el primordial). Galiano lo recomienda especialmente si ambos personajes son citados en el mismo texto, disipando así cualquier tipo de duda. El mismo autor prefiere Tierra a Gea, o Noche a Nix, pero aclara que son pocos los casos que se atañen dentro de esta sugerencia.
  8. Macey, Samuel L., Encyclopedia of Time, Routledge. ISBN 9781136508905. Pág. 209.
  9. Doro Levi: "Aion," Hesperia 13, 4 (1944), p. 274.
  10. Mark Delaere: Unfolding Time: Studies in Temporality in Twentieth-century Music, Leuven University Press, 2009. ISBN 9789058677358. P. 97.
  11. Nono de Panópolis: Dionisíacas VII, 24
  12. Eurípides: Los heraclidas, 900
  13. Damascio: De princ. 123 bis.
  14. Epicuro, fragmento órfico (citado por Epifanio)
  15. Suda, voz «Ferécides de Siros»
  16. Damascio: Dificultades y soluciones acerca de los primeros principios, 214.
  17. Martínez Nieto, Roxana B. La aurora del pensamiento griego: las cosmogonías prefilosóficas de Hesiodo, Alcmán, Ferecides, Epiménides, Museo y la Teogonía órfica antigua. Madrid: Trotta, 2000, p. 106.
  18. Nono: Dionisíacas XII, 7
  19. Baquílides, fragmento 7
  20. Tzetzes, sobre Licofrón

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