Civilización olmeca | ||
---|---|---|
| ||
Información histórica | ||
Primeros registros | 1200 a. C. | |
Decadencia | 400 a. C. | |
Causa | Posible dispersión de los habitantes a otras áreas del continente. | |
Información geográfica | ||
Área cultural | Mesoamérica | |
Sub área cultural | Golfo de México | |
Equivalencia actual | México (Veracruz y Tabasco) | |
Información antropológica | ||
Religión | Religión Olmeca | |
Asentamientos importantes | ||
La cultura olmeca fue una civilización que se desarrolló durante el periodo preclásico de Mesoamérica, en parte de los territorios actuales de México. Aunque se han encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica, se considera que el área cultural olmeca —zona metropolitana— abarca la parte sureste del estado mexicano de Veracruz y el oeste de Tabasco. En ese sentido, es necesario hacer la aclaración de que el etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX y no debe ser confundido con el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en el epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de todas de la civilización mesoamericana.[1] Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo, que algunos de los atributos propiamente olmecas podrían haber aparecido primero en Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de respuesta definitiva está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la Depresión del Balsas (centro de Guerrero).
Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas, el culto a la Serpiente Emplumada como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e incluso el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores al declive de los principales centros de esta época.