Dios Padre es, para la mayoría de las confesiones cristianas, la primera de las tres personas de la Santísima Trinidad. Es seguido de la segunda persona, Dios Hijo Jesucristo, y la tercera persona, Dios Espíritu Santo.
En la doctrina católica, Dios Padre es todo está dentro de Él y nada está fuera de Él. En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba frente a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba presente ante Dios desde el principio. Por medio de Él, todo fue creado, y nada llegó a existir sin Él.[1]
Dios Padre es el creador del mundo según la Biblia, y revela su paternidad cuando envía a Moisés a pedir la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto: Así habla el Señor: Israel es mi hijo primogénito. Yo te mando que dejes a mi hijo ir.[2]
En la Biblia se le nombra de diversas maneras, destacándose la ternura con que Jesús le llama Abbá (‘papá’). Este amor y ternura son recíprocos, tal como puede leerse en el libro de los Salmos: Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.[3]
Sin embargo, en el cristianismo el concepto de Dios como padre de Jesucristo va metafísicamente más allá que el concepto de Dios como creador y padre de todos los hombres,[4] como se indica en el Credo de los Apóstoles donde la expresión de la creencia en el Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra va seguida inmediatamente, pero por separado de en Jesucristo, su Hijo único, Señor nuestro, expresando así ambos sentidos de la paternidad.[5]