Eclipse

Eclipse solar.

El eclipse (del griego ἔκλειψις, ékleipsis, que quiere decir ‘desaparición’, ‘abandono’) es un fenómeno en el que la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro cuerpo eclipsante.[1]​ Existen eclipses del Sol y de la Luna, que ocurren solo cuando el Sol y la Luna se alinean con la Tierra de manera determinada. Esto sucede durante algunas lunas nuevas y lunas llenas.

Sin embargo, también pueden ocurrir eclipses fuera del sistema Tierra-Luna. Por ejemplo, cuando la sombra de un satélite se proyecta sobre la superficie de un planeta, cuando un satélite pasa por la sombra de un planeta o cuando un satélite proyecta su sombra sobre otro satélite.

Un eclipse, al igual que los tránsitos y las ocultaciones, es un tipo de sizigia.

El término eclipse se utiliza con más frecuencia para describir un eclipse solar, cuando la sombra de la Luna cruza la superficie de la Tierra, o un eclipse lunar, cuando la Luna se desplaza hacia la sombra de la Tierra. Sin embargo, también puede referirse a sucesos que ocurren más allá del sistema Tierra-Luna: por ejemplo, un planeta que se desplaza hacia la sombra proyectada por una de sus lunas, una luna que pasa a la sombra proyectada por su planeta anfitrión o una luna que pasa a la sombra de otra luna. Un sistema estelar binario también puede producir eclipses si el plano de la órbita de las estrellas que lo componen se cruza con la posición del observador.

En los casos especiales de los eclipses solares y lunares, éstos sólo se producen durante una "temporada de eclipses", los dos momentos de cada año en que el plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol se cruza con el plano de la órbita de la Luna alrededor de la Tierra y la línea definida por los planos de intersección apunta cerca del Sol. El tipo de eclipse solar que se produce durante cada estación (total, anular, híbrido o parcial) depende del tamaño aparente del Sol y la Luna. Si la órbita de la Tierra alrededor del Sol y la órbita de la Luna alrededor de la Tierra estuvieran ambas en el mismo plano, los eclipses se producirían todos los meses. Habría un eclipse lunar en cada luna llena y un eclipse solar en cada luna nueva. Y si ambas órbitas fueran perfectamente circulares, entonces cada eclipse solar sería del mismo tipo cada mes. Debido a las diferencias no planares y no circulares, los eclipses no son un acontecimiento común. Los eclipses lunares pueden verse desde toda la mitad nocturna de la Tierra. Pero los eclipses solares, sobre todo los eclipses totales que se producen en un punto concreto de la superficie terrestre, son acontecimientos muy poco frecuentes que pueden tener lugar con muchas décadas de diferencia.

  1. «Cuerpo celeste y cuerpo eclipsante». 

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