Edvard Munch | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
12 de diciembre de 1863 Løten, Noruega | |
Fallecimiento |
23 de enero de 1944 (80 años) Oslo, Noruega | |
Causa de muerte | Cáncer de estómago | |
Sepultura | Cementerio de Nuestro Salvador de Oslo | |
Residencia | Oslo | |
Nacionalidad | Noruega | |
Lengua materna | Noruego | |
Familia | ||
Padres |
Christian Munch Laura Cathrine Munch | |
Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Área | Pintor expresionista | |
Movimiento | Simbolismo y expresionismo | |
Géneros | Retrato, expresionismo, escena de género, pintura del paisaje y autorretrato | |
Obras notables |
El grito El niño y la muerte Vampiro | |
Miembro de | Secesión de Berlín | |
Distinciones |
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Firma | ||
Edvard Munch (/ˈɛdvɑ:ʈ mʉŋk/; Løten, 12 de diciembre de 1863-Oslo, 23 de enero de 1944) fue un pintor y grabador noruego. Sus evocadoras obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX.
Sus obras han sido consideradas como variaciones constantes sobre la gran sinfonía de la existencia humana en sus lados diurnos, pero aún más, como es congruente con la sensibilidad finisecular, en los nocturnos. El amor y el odio, el deseo y la angustia, las pasiones y las emociones, son elevados a arquetipos de la vida anímica del hombre moderno o, incluso, de la propia condición humana.[1]
El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas. Por ello, los temas más frecuentes en sus obras fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad (Melancolía), la angustia (El grito), la muerte (Muerte de un bohemio) y el erotismo (Amantes, El beso). Se le considera precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del mejor pintor noruego de todos los tiempos.
Edvard Munch sería clasificado como simbolista y como representante temprano del expresionismo, que sería la tendencia artística predominante en la primera mitad del siglo XX. Desde muy joven, en la década de 1880, el artista Munch buscaba expresar sus experiencias emocionales en el arte. Así representó la ruptura con el predominante enfoque del naturalismo en lo externo y objetivo. Se anticipó al cambio que inundaría la década de 1890 hacia lo subjetivo y lo psicológico. La temática existencial como la angustia, la muerte, el amor, los celos y la melancolía se vuelven fundamentales en su obra.
En su intento por expresar los "estados más sutiles del alma", Munch desarrolló su característico estilo. Para expresar sentimientos fuertes y sutiles era necesario otra forma de expresión diferente al naturalismo. En la obra de Munch se mezclan la realidad interior y exterior en grandes superficies limitadas por contornos claros.
El grito, realizado en 1893, fue una de sus obras más importantes. La idea de esta obra va surgiendo despacio. En 1892 apunta:
Iba por la calle con dos amigos cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un estremecimiento de tristeza. Un dolor desgarrador en el pecho. Me detuve; me apoyé en la barandilla, preso de una fatiga mortal. Lenguas de fuego como sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron andando y yo me quedé allí, temblando de miedo. Y oí que un grito interminable atravesaba la naturaleza.