Un electrolito o electrólito es cualquier sustancia que contiene en su composición iones libres, que hacen que se comporte como un conductor eléctrico. Debido a que generalmente se encuentran iones en una disolución, los electrolitos también son conocidos como disoluciones iónicas, pero también son posibles electrolitos fundidos y electrolitos sólidos.[1][2][3]
Desde el punto de vista eléctrico, una solución de este tipo es neutra. Si se aplica un potencial eléctrico a una solución de este tipo, los cationes de la solución son atraídos hacia el electrodo que tiene abundancia de electrones, mientras que los aniones son atraídos hacia el electrodo que tiene déficit de electrones. El movimiento de aniones y cationes en direcciones opuestas dentro de la solución da lugar a una corriente. Algunos gases, como el cloruro de hidrógeno (HCl), en condiciones de alta temperatura o baja presión también pueden funcionar como electrolitos.[aclaración requerida] Las soluciones electrolíticas también pueden ser el resultado de la disolución de algunos polímeros biológicos (por ejemplo, ADN, polipéptidos) o sintéticos (por ejemplo, sulfonato de poliestireno), denominados "polielectrolitos", que contienen grupos funcionales cargados. Una sustancia que se disocia en iones en solución o en fusión adquiere la capacidad de conducir la electricidad. El sodio, el potasio, el cloruro, el calcio, el magnesio y el fosfato en fase líquida son ejemplos de electrolitos.
En medicina, la reposición de electrolitos es necesaria cuando una persona tiene vómitos o diarrea prolongados, y como respuesta a la sudoración debida a una actividad atlética extenuante. Existen soluciones electrolíticas comerciales, especialmente para niños enfermos (como solución de rehidratación oral, suero oral o pedialyte) y atletas (bebida deportivas). El control de los electrolitos es importante en el tratamiento de la anorexia y la bulimia.
En ciencia, los electrolitos son uno de los principales componentes de las células electroquímicas.[2]
En medicina clínica, las menciones a los electrolitos suelen referirse metonimia a los iones y (especialmente) a su concentración (en sangre, suero, orina u otros fluidos). Así, las menciones a los niveles de electrolitos suelen referirse a las distintas concentraciones de iones, no a los volúmenes de fluidos.