Las enfermedades tropicales desatendidas (a menudo designadas por sus siglas en inglés NTD - Neglected tropical diseases) son un grupo de diversas enfermedades tropicales frecuentes en el seno de las poblaciones de bajos ingresos en regiones en desarrollo de África, Asia y América. Están causadas por varios patógenos entre los que destacan los parásitos helmintos o los protozoos, pero igualmente los virus y las bacterias. En el África subsahariana, el impacto del conjunto de estas patologías es comparable al de la malaria y la tuberculosis.[1] Algunas de estas patologías pueden prevenirse o tratarse por medios accesibles en los países más desarrollados, pero no en las regiones más pobres del globo. En ciertos casos, sin embargo, los tratamientos son relativamente baratos. Por ejemplo, el tratamiento de la esquistosomiasis costaba 0,20 dólares norteamericanos por niño y año en 2007. No obstante, para el periodo 2010-2017, el coste del control de estas patologías a escala mundial se estima entre 2 y 3 mil millones de dólares.[2]
Estas enfermedades son puestas a menudo en contraste con las tres grandes plagas mundiales, que son la infección por el VIH (sida), la tuberculosis y el paludismo (malaria), las cuales se benefician de numerosos fondos para su investigación y tratamiento. Sin embargo las enfermedades tropicales desatendidas constituyen las comorbilidades frecuentes de estas tres infecciones.[3] No obstante, por parte de ciertas compañías farmacéuticas se producen de manera esporádica donativos de los medicamentos necesarios, y políticas para administrarlos masivamente han sido eficaces en varios países.[4]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha priorizado 17 NTD. Estas enfermedades están consideradas como endémicas en 149 países y afectan a más de mil millones de personas, de las cuales más de la mitad son niños. Aunque el peso económico de estas patologías sobre las economías en desarrollo es difícil de cuantificar, se estima en varios miles de millones de dólares cada año. Han provocado 142 000 muertes en 2013, cifra que supone un descenso respecto a los 204 000 fallecimientos en 1990. De estas 17 patologías, 2 son el objetivo de una próxima erradicación: la dracunculiasis en 2015 y el pian de aquí a 2020. Por otra parte, el objetivo es eliminar otras 4: el tracoma, la enfermedad del sueño, la lepra y la filariosis linfática de aquí a 2020.[5][6][7]