Los escaldos[cita requerida] (del nórdico antiguo skald) eran poetas guerreros que pertenecían a la corte de los reyes escandinavos durante la Edad Media.
Ensalzaban a los monarcas a los que servían en composiciones poéticas como los drápar, para principalmente exaltar su generosidad o heroísmo demostrado en el combate.
Sus obras constituyen la llamada poesía escáldica, caracterizada por el verso aliterativo y figuras retóricas, una de las cuales era el kenning.
Famosos escaldos son protagonistas de las sagas como, por ejemplo, Egil Skallagrímson, de la saga de su mismo nombre.
El verdadero papel de un escaldo no era solo componer poemas; también se les consideraba cronistas, escritores, testigos de acontecimientos. Eran, en resumen, una autoridad histórica.[1]cuyo papel se asemejaría al de los reporteros en la actualidad. Olaf II de Noruega lo menciona muy claramente poco antes de la batalla de Stiklestad:
[Él] llamó a sus escaldos y les ordenó entrar en la sala de su fortaleza. «Vosotros debéis estar aquí», dijo, «y ser testigos de todo lo que pasará aquí. Así no necesitaréis que nadie os diga nada, pues podréis decirlo por vosotros mismos y componer versos sobre ello más tarde».[2]