Escuela palatina

Alcuino y otros clérigos presentan manuscritos a Carlomagno en el Palacio de Aquisgrán, ante su corte (pintura histórica de Jean-Victor Schnetz, 1830).

La Escuela palatina (Schola palatina, en latín) fue la escuela fundada por el emperador Carlomagno en el palacio de su capital, Aquisgrán, durante el denominado Renacimiento carolingio, un periodo de florecimiento intelectual durante la Alta Edad Media. La escuela palatina era parte del plan de hacer renacer la cultura para fortalecer su Imperio. Se convirtió en el centro educativo más renombrado de la época y sirvió de ejemplo para la creación de otras escuelas (Escuelas carolingias).

Evangeliario de Godescalco, en el que trabajó el iluminador Godescalco (Godescalcus, Gottschalk),[1]​ del scriptorium de Aquisgrán, entre 781 y 783. Contiene un poema, escrito en minúscula carolingia, sobre el viaje de Carlomagno a Italia de 781, en el que precisamente reclutó a Alcuino.[2]

Fue dirigida, desde 782, por Alcuino de York, un clérigo procedente de Britania, que contó con la ayuda de algunos de los más prestigiosos sabios de la cristiandad latina: los irlandeses José Escoto,[3]Clemente de Irlanda,[4]Cruindmelo,[5]Donato de Fiesole[6]​ y Dungal;[7]​ los francos Adelardo de Corbie y Angilberto de Centula; los ítalo-longobardos Pablo el Diácono, Pedro de Pisa y Paulino de Aquilea; Teodulfo de Orleans (de origen hispano-visigodo, que sustituyó a Alcuino en 796); o Eginardo (procedente del monasterio de Fulda[8]​ —Fulda, en la actual Alemania—), que fue alumno de la propia escuela desde 791 (con 16 años) y llegó a ser íntimo colaborador de Carlomagno y de su sucesor, Ludovico Pío, hasta la crisis imperial de 830. Es precisamente Eginardo la principal fuente sobre la Escuela palatina, a través de su Vita Karoli Magni.

Ninguna de las dependencias del Palacio era un local fijo de la Escuela, aunque existía una biblioteca (cuya ubicación no ha podido ser determinada) y un scriptorium que produjo manuscritos y servía de archivo y escuela de escritura, donde trabajaba una turba scriptorum ('abundancia de copistas').[9]​ Carlomagno convocaba a los profesores en cualquier lugar de su elección (incluso la piscina o el comedor) para que le recitaran poemas o le informaran de algún asunto. El grado de instrucción del propio emperador como alumno de su propia Escuela no está claro. Algunas fuentes lo presentan como un completo iletrado, y otras señalan que sus dificultades se restringían a escribir latín.[10]

Alcuino definió varios ordines dentro del personal a su cargo: sacerdotes Christi, medici, versifici, scriptores. Cada orden estaba dirigido por un magister.[11]

La Escuela palatina educaba a los hijos del emperador y a los nutritii ('alimentados'), los hijos de la aristocracia que se criaban en Palacio (convivae, aulici —'áulicos', de Aula regis o Aula regia—, palatini —de donde viene el término «paladines»—).[12]

El plan de estudios que se seguía era el trivium et quadrivium definido en las Institutiones de Casiodoro (retórica, gramática y dialéctica; geometría, astronomía, aritmética y música). Se utilizaban también textos de Martianus Capella, Boecio, Isidoro de Sevilla y Beda el Venerable.

  1. No debe confundirse con Godescalco de Orbais (Godescalcus de Orbais o Gottschalk de Orbais) Catholic Encyclopedia.
  2. Marie-Pierre Laffitte et Charlotte Denoël, Trésors carolingiens : livres manuscrits de Charlemagne à Charles le Chauve, Éditions de la Bibliothèque nationale de France, 2007 (ISBN 978-2-7177-2377-9). Fuente citada en Évangéliaire de Godescalc.
  3. Joseph Scottus.
  4. en:Clement of Ireland.
  5. En latín, Cruindmelus. Escribió una obra titulada Ars metrica. en:Cruindmelus.
  6. Catholic Encyclopedia. Fuente citada en en:Donatus of Fiesole.
  7. Dungal el Recluso o Dungal de Bobbio.Dungal en Catholic Encyclopedia, fuente citada en en:Dungal of Bobbio.
  8. Fulda monastery
  9. Erica Wisher, Akal historia de la literatura. El mundo medieval, 600–1400, 1989, ISBN 8476004109, p. 165.
  10. * Luis Coronas, Didáctica de la historia, Anaya, 1971, p. 208: «Leer y escribir era propio sólo de clérigos, y el mismo emperador, analfabeto ... Alcuino dirigía la escuela palatina, y el mismo Carlomagno se mostró discípulo, aprendiendo a leer y mal a escribir ya entrado en años, dando así ejemplo».
  11. Wisher, op. cit.
  12. Paul Viollet, Droit public: Période gauloise. Période gallo-romaine. Période franque, vol. 1 de Droit public: Histoire des institutions politiques et administratives de la France, Scientia Verlag, 1966, p. 230:
    Les convivae régis. — La faveur royale pouvait créer à certains personnages, indépendamment de toute fonction publique, une situation très élevée. De ce nombre étaient les convivae qui vivaient à la cour et jouissaient du privilège de s'asseoir à la table du roi'. La Loi Salique ne parle que du Romain conviva régis et lui accorde une composition triple de celle du Romain propriétaire; il est cependant impossible de supposer que les Romains seuls fussent admis à la table des rois francs : peut-être ce titre de conviva régis qui paraît bien d'origine romaine et non barbare, était-il particulièrement recherché et prisé par les Romains; peut-être constituait-il pour eux un titre fort utile à faire valoir sous la domination franque. Les nutritii ressemblent aux convivae: toutefois le sens du mot nutritii parait plus vague; ce sont peut-être tout simplement ceux qui vivent au palais, les aulici ou palatini.

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