El ducado de Estonia[1] (danés: Hertugdømmet Estland; latín: Ducatus Estoniae), también conocido como Estonia Danesa, fue un dominio directo del rey de Dinamarca desde 1219 hasta 1346, año en que fue transferido a la Orden Teutónica, convirtiéndose en parte del Estado Monástico de los Caballeros Teutónicos u Ordensstaat.
Dinamarca surgió como una gran potencia militar y mercantil en el siglo XII. Tenía interés en poner fin a los frecuentes ataques estonios que amenazaban su comercio báltico. Las flotas danesas atacaron Estonia en 1170, 1194 y 1197. En 1206, el rey Valdemar II y el arzobispo Andreas Sunonis lideraron una incursión en la isla Ösel (Saaremaa). Los reyes de Dinamarca reclamaron Estonia, lo cual obtuvo reconocimiento por parte del Papa. En 1219, la flota danesa desembarcó en el puerto principal de Estonia y derrotó a los estonios en la batalla de Lindanise que llevó al norte de Estonia bajo el dominio danés hasta el levantamiento estonio en 1343, cuando los territorios fueron tomados por la Orden Teutónica. Fueron vendidos por Dinamarca en 1346.