La frontera de Granada es un territorio histórico fronterizo situado entre el Reino de Granada y las últimas tierras integradas en la Corona de Castilla, que fueron los reinos cristianos de Murcia, Jaén, Córdoba y Sevilla. La primera frontera sufrió diversas modificaciones, pero a la muerte de Alfonso XI en 1350, la frontera de Granada se estabilizó geográficamente en líneas generales hasta el inicio de la guerra de Granada a finales del siglo XV.[1]
El conjunto de enclaves cercanos a la frontera que dependieron de la jurisdicción del Concejo de Sevilla recibieron el nombre de Banda Morisca.[2]