En la Antigua Grecia, el gimnasio (γυμνάσιον) era una institución dedicada a la instrucción física y espiritual. También funcionaba como una instalación de entrenamiento para competidores en juegos públicos. Era asimismo un lugar para socializar y encontrar grupos con los cuales se compartieran ideas. El nombre proviene del griego gymnos, que significa desnudez. Los atletas competían desnudos, una práctica para dar mayor realce a la belleza de la figura masculina y femenina, además de como tributo a los dioses. Algunos tiranos temieron que las instalaciones del gimnasio se volvieran un lugar de pederastia entre aquellos que acudían a él.[1] La gimnasia y la palestra estaban bajo la protección de Heracles, Hermes y, en Atenas, de Teseo.