Gnosticismo

Fragmento del Evangelio de María Magdalena.

El gnosticismo (del griego antiguo: γνωστικός gnōstikós, «tener conocimiento») es un conjunto de antiguas ideas y sistemas religiosos que se fusionaron en el siglo I d. C. entre sectas judías y cristianas tempranas.[1]

Su núcleo esencial es la creencia en la presencia en el hombre de una chispa o centella, que proviene del ámbito de lo divino y que en este mundo se halla sometida al destino, al nacimiento y a la muerte. Esa chispa divina debe ser despertada por la contrapartida divina del yo humano para ser finalmente reintegrada al lugar de donde procede.[2]​Según los investigadores reunidos en Messina en 1966, aquellos grupos que abracen como contenido central de su doctrina este conjunto nuclear de ideas pueden considerarse gnósticos.

Estos varios grupos enfatizaban el conocimiento espiritual (gnosis) por encima de las enseñanzas y tradiciones protoortodoxas y la autoridad de instituciones religiosas. La cosmogonía gnóstica generalmente presenta una distinción entre un Dios supremo y oculto, y una deidad menor y malévola (en ocasiones asociada con la deidad bíblica de Yahveh [Jehová]),[3]​ deidad que es la responsable de crear el universo material.[4]​ En consecuencia, los gnósticos consideraban que la existencia material es defectuosa o malévola, y creían que el principal elemento de salvación era el conocimiento directo de la divinidad oculta, que puede alcanzarse a través de intuiciones místicas o esotéricas. Muchos textos gnósticos discuten no los conceptos de pecado y arrepentimiento, sino los de ilusión e iluminación.[4]

Algunas de estas corrientes sincréticas filosófico-religiosas llegaron a mimetizarse con el cristianismo en los tres primeros siglos de nuestra era, convirtiéndose finalmente en un pensamiento declarado herético por la Iglesia después de una etapa de cierto prestigio entre algunos intelectuales cristianos. En efecto, puede hablarse de un gnosticismo pagano y de un gnosticismo cristiano, aunque el más significativo pensamiento gnóstico se alcanzó como rama heterodoxa del cristianismo primitivo. Según esta doctrina los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo, sino que se salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo divino, que es un conocimiento superior a la fe. Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse. El ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo. El gnosticismo es una mística esotérica de la salvación. Se mezclan sincréticamente creencias orientalistas e ideas de la filosofía griega, principalmente platónica. Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la materia, el ser supremo frente al Demiurgo, el espíritu frente al cuerpo y el alma. El término proviene del griego Γνωστηκισμóς (gnostekismós); de Γνῶσις (gnosis): ‘conocimiento’.

Los escritos gnósticos florecieron entre ciertos grupos cristianos en el mundo mediterráneo hasta mediados del siglo II, cuando los primeros padres de la iglesia los denunciaron como herejía.[5]​ Esfuerzos por destruir estos textos fueron exitosos en general, lo que resultó en que muy poco de los escritos de los teólogos gnósticos sobreviviera.[6]​ Sin embargo, maestros gnósticos tempranos como Valentín creían que sus creencias eran compatibles con el cristianismo. Cristo es visto como un ser divino que ha tomado forma humana para liderar la humanidad de vuelta a la Luz, el reconocimiento de su propia naturaleza divina.[7]​ Sin embargo, el gnosticismo no se refiere a un único sistema estandarizado, y el énfasis en la experiencia directa da espacio a una amplia variedad de enseñanzas, incluyendo corrientes distintas como el Valentinianismo o el Setianismo, o corrientes posteriores cómo el Catarismo. En el Imperio Persa, las ideas gnósticas se difundieron incluso hasta China a través del movimiento relacionado llamado Maniqueísmo, en tanto que el Mandeísmo (la única religión gnóstica de la antigüedad que todavía sobrevive) sigue aún vigente en Irak, Irán y comunidades de la diáspora.

Por siglos, la mayoría del conocimiento académico sobre el gnosticismo estuvo limitado a los escritos anti-heréticos de figuras cristianas ortodoxas como Ireneo de Lyon e Hipólito de Roma. Un renovado interés en el gnosticismo ocurrió después del descubrimiento, en 1945, de la Biblioteca de Nag Hammadi en Egipto; una colección de raros y antiguos textos cristianos y gnósticos, entre los que se incluyen el Evangelio apócrifo de Tomás y el Apócrifo de Juan. Académicos como Elaine Pagels han reconocido la influencia de fuentes tales como el judaísmo helenístico, el zoroastrismo y el platonismo en los textos de Nag Hammadi,[4]​ y algunos académicos han notado posibles vínculos con el budismo y el hinduismo, aunque la evidencia de influencia directa de estas últimas fuentes no es conclusiva.[4]​ Desde la década de 1990, el gnosticismo ha sido examinado con mayor detalle en la academia. Una cuestión importante en esta investigación académica es si el gnosticismo debe considerarse una forma de cristianismo temprano, un fenómeno interreligioso o como una religión independiente. Más aún, otros académicos contemporáneos como Michael Allen Williams y David G. Robertson han disputado si «gnosticismo» es todavía una categoría válida o útil en lo absoluto, o si en cambio era simplemente un término técnico de los heresiólogos proto-ortodoxos para referirse a un grupo dispar de grupos cristianos contémporaneos.[8][9]

  1. Magris, Aldo (2005), "Gnosticism: Gnosticism from its origins to the Middle Ages (further considerations)", en Jones, Lindsay (ed.), MacMillan Encyclopedia of Religion, MacMillan. Págs. 3515–3516.
  2. Bianchi, Ugo (1992). «Le origini dello gnosticismo». Augustinianum 32 (2): 205-216. ISSN 0004-8011. doi:10.5840/agstm19923221. Consultado el 29 de marzo de 2024. 
  3. Bataille, Georges (1930). «Base Materialism and Gnosticism». Visions of Excess: Selected Writings, 1927-1939: 47. 
  4. a b c d Pagels, Elaine (1989). The Gnostic Gospels. New York: Random House. p. xx. 
  5. The Social World of the First Christians (1995) ISBN 0-06-064586-5, ensayo "Prolegomena to the Study of Ancient Gnosticism" por Bentley Layton [1]
  6. Pagels, Elaine (1989). The Gnostic Gospels (PDF). New York: Random House. p. xx.
  7. Jerome Friedman (1978). Michael Servetus: A Case Study in Total Heresy. p. 142. ISBN 2600030751. 
  8. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas :8
  9. Robertson, David George (2022). Gnosticism and the history of religions. Scientific studies of religion. Bloomsbury Academic. ISBN 978-1-350-13769-1. 

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