Un gobierno de facto (de hecho o non de iure) es aquel que, si bien en la práctica ejerce como tal, no está reconocido oficialmente por alguna norma jurídica.[1] Se establece en violación del ordenamiento constitucional del Estado ejerciendo su poder efectivo, cuyo reconocimiento internacional por parte de terceros es un acto voluntario y discrecional que atiende generalmente a la efectividad de la situación creada.[2]
Un gobierno de facto suele referirse a un gobierno sin aprobación electoral (se aparta de la legalidad), usurpa la autoridad, no se ajusta a la ley y solo ostenta el poder. Puede haber diversos motivos para que exista un gobierno de facto:
Otro sentido del término sería aquel que designa a una persona que ejerce el mando efectivo del poder aunque oficialmente no tenga un título de gobierno formal.[1]
El "Manual de operaciones" del Fondo Monetario Internacional indica que:
Un "gobierno de facto" entra o permanece en el poder por medios no previstos en la constitución del país, como un golpe de estado, revolución, usurpación, abrogación o suspensión de la constitución.[3]