Imperio neoasirio Māt Aššur | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Imperio de la antigüedad | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
934 a. C.-609 a. C. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Territorios del Imperio neoasirio | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Capital |
Aššur (911 a. C.) Kalhu (879 a. C.) Dur-Sharrukin (706 a. C.) Nínive (705 a. C.) Harran (612 a. C.) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Entidad | Imperio de la antigüedad | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Idioma oficial |
Acadio Arameo Sumerio (en declive) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• Otros idiomas |
Hitita Hurria Fenicio Egipcio | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Superficie hist. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 609 a. C. | 1 400 000 km² | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Religión | Politeísmo | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Período histórico | Edad de Hierro | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 934 a. C. | Establecido | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 911 a. C. | Reinado de Adad-nirari II | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 612 a. C. | Batalla de Nínive | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 609 a. C. | Caída de Harran | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 609 a. C. | Disuelto | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Forma de gobierno | Monarquía | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El Imperio neoasirio[n. 1] fue un imperio mesopotámico de la Edad del Hierro, existió entre 911 y 612 a. C.[3][4] Fue la cuarta y penúltima etapa de la historia de la antigua Asiria y la última y más grande fase de Asiria como estado independiente. Los asirios perfeccionaron técnicas de gobierno imperial, muchas de las cuales fueron empleadas por imperios posteriores.[5] Las conquistas de Adad-nirari II a finales del siglo X a. C. hicieron de Asiria el estado más poderoso de la región, llegando a dominar, durante gran parte de los siglos VIII y VII a. C., el Antiguo Oriente Próximo, el Mediterráneo oriental, Anatolia, el Cáucaso y partes de la península arábiga y el norte de África, eclipsando y conquistando a rivales como Babilonia, Elam, Persia, Urartu, Lidia, los medos, los frigios, los cimerios, Israel, Judea, Fenicia, Caldea, Canaán, el Imperio Kushita, los árabes y Egipto,[6][7] convirtiéndose en el mayor imperio de la historia hasta ese momento.[8][9][10] Debido a su dominio geopolítico y a su ideología basada en la dominación mundial, muchos investigadores consideran que el Imperio neoasirio fue el primer imperio mundial de la historia.[9][11][10][12][13]En su apogeo, el imperio fue la potencia militar más fuerte del mundo y gobernaba toda Mesopotamia, el Levante y Egipto, así como partes de Anatolia, Arabia y los actuales Irán y Armenia.
El Imperio neoasirio sucedió al Antiguo Imperio Asirio (c. 2025-1378 a. C.) y al Imperio Asirio Medio (1365-1050 a. C.) de la Edad del Bronce Final. Los primeros reyes neoasirios se ocuparon principalmente de restaurar el control asirio sobre gran parte del norte de Mesopotamia y Siria, ya que partes importantes del Imperio Asirio Medio previo se habían perdido durante un largo periodo de decadencia. Con Asurnasirpal II (r. 883-859 a. C.), Asiria volvió a ser la potencia dominante de Oriente Próximo, gobernando el norte de forma indiscutible. Las campañas de Ashurnasirpal llegaron hasta el Mediterráneo y también supervisó el traslado de la capital imperial desde la tradicional ciudad de Aššur a la más céntrica Nimrud. El imperio creció aún más con el sucesor de Asurnasirpal II, Salmanasar III (r. 859-824 a. C.), si bien tras su muerte entró en un periodo de estancamiento, denominado «edad de los magnates». Durante esta época, los principales detentadores del poder político fueron generales y funcionarios prominentes, y el control central fue inusualmente débil. Esta época llegó a su fin con el reinado de Tiglatpileser III (r. 745-727 a. C.), que reafirmó de nuevo el poder real asirio y duplicó con creces el tamaño del imperio a través de amplias conquistas. Sus conquistas más notables fueron Babilonia, en el sur, y amplias zonas del Levante. Bajo la dinastía sargónida, que gobernó desde el 722 a. C. hasta la caída del imperio, Asiria alcanzó su cúspide. Con el rey sargón Senaquerib (r. 705-681 a. C.), la capital se trasladó a Nínive y con Asarhaddón (r. 681-669 a. C.) el imperio alcanzó su mayor extensión con la conquista de Egipto. A pesar de estar en la cima de su poder, el Imperio neoasirio experimentó una rápida y violenta caída a finales del siglo VII a. C., destruido por una sublevación babilónica y una invasión a manos de los medos. El imperio comenzó a desintegrarse tras la muerte de Asurbanipal en 627 a. C. debido a una serie incesante de brutales guerras civiles en el núcleo del Estado. El rey de los medos y persas, Ciáxares, se coligó en 616 a. C. con Nabopolassar, señor de los babilonios y caldeos, y también con los escitas y los cimerios, en contra de Asiria. Los babilonios y medos derrotaron a los enemigos asirio-egipcios en Harrán (609 a. C.); la batalla puso fin a la independencia asiria, aunque los restos del ejército asirio y de la administración dominando la comarca de Karkemish hasta el 605 a. C., y la de Dur-Katlimmu quizá hasta 599 a. C. Las causas por las que Asiria pudo ser destruida tan rápidamente siguen siendo objeto de debate entre las y los académicos.
El éxito sin precedentes del Imperio neoasirio se debió no solo a la capacidad de expansión de Asiria, sino también, y de manera quizás más importante, a su capacidad para incorporar eficazmente las tierras conquistadas a su sistema administrativo. Como primer imperio de su escala, el Imperio neoasirio conoció varias innovaciones militares, cívicas y administrativas. En el ámbito militar, las innovaciones más importantes fueron el uso a gran escala de la caballería y las nuevas técnicas de guerra de asedio. El Imperio neoasirio fue el primero en usar caballería, sobre todo arqueros montados (los caballos suficientemente grandes para ser montados los conseguían en los valles de los lagos de Urartu (el Urmia y el Van o Gölü)). Las técnicas adoptadas por primera vez por el ejército neoasirio se utilizarían en las guerras posteriores durante milenios.[8] Para resolver el problema de la comunicación a grandes distancias, el Imperio neoasirio desarrolló un sofisticado sistema de comunicación estatal que utilizaba estaciones de retransmisión (relevos) y carreteras bien mantenidas. La velocidad de comunicación de los mensajes oficiales del Imperio neoasirio no fue superada en Oriente Medio sino hasta el siglo XIX d. C.[14][15] El Imperio neoasirio también utilizó una política de reasentamiento, en la que parte de la población de las tierras conquistadas era reasentada en el corazón asirio y en provincias subdesarrolladas. Esta política sirvió tanto para desintegrar las identidades locales (haciendo que las regiones locales fueran menos propensas a la revuelta) como para introducir técnicas agrícolas desarrolladas por los asirios en todas las partes del imperio. Una de las consecuencias fue la dilución de la diversidad cultural del Cercano Oriente, cambiando para siempre la composición etnolingüística de la región y facilitando el ascenso del arameo como lengua franca regional,[16] posición que la lengua conservó hasta el siglo XIV d. C.[17] Durante este período, el arameo también se convirtió en un idioma oficial del imperio, junto con el idioma acadio.[18]
El imperio neoasirio dejó un legado de gran importancia cultural. Las estructuras políticas establecidas por el Imperio neoasirio se convirtieron en el modelo para los imperios posteriores que le sucedieron y la ideología de gobierno universal promulgada por los reyes neoasirios inspiró, a través del concepto de translatio imperii, ideas similares de derechos a la dominación mundial en imperios posteriores hasta principios de la era moderna. El imperio neoasirio se convirtió en una parte importante del folclore y las tradiciones literarias posteriores en el norte de Mesopotamia a lo largo del período postimperial posterior y más allá. El judaísmo, y por tanto también el cristianismo y el islam, se vieron profundamente afectados por el periodo de dominio neoasirio; numerosos relatos bíblicos parecen inspirarse en la mitología y la historia asiria anterior[8][19] y el impacto asirio en la teología judía temprana fue inmenso.[21]Aunque el imperio neoasirio es recordado hoy en día por la supuesta excesiva brutalidad del ejército neoasirio, los asirios no fueron excesivamente brutales en comparación con otras civilizaciones de su tiempo, ni en comparación con otras civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad.[22]
Error en la cita: Existen etiquetas <ref>
para un grupo llamado «n.», pero no se encontró la etiqueta <references group="n."/>
correspondiente.