Incendios forestales en California de octubre de 2007 | ||
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Ubicación | Sur de California, Estados Unidos | |
Fecha | 20 de octubre de 2007-9 de noviembre de 2007[1] | |
Fuente de ignición | Incendio, sequía | |
Uso del suelo | Residencial; comercial, montañas | |
Heridos |
70 (California), 19[2][3] (Baja California) | |
Perpetrador(es) | desconocido | |
Los incendios en California de octubre de 2007 fueron un total de veintitrés y azotaron el sur del estado. Se iniciaron el 20 de octubre, forzando la evacuación de alrededor de un millón de habitantes, destruyendo mil quinientas casas y estructuras y amenazando cincuenta y seis mil más. Destruyeron quinientos mil acres (dos mil km²)[4] de tierra desde Santa Bárbara hasta la frontera mexicana. Causaron la muerte de diecisiete personas[5][6] (de las cuales, solo siete han sido oficializadas)[7] y heridas a dieciséis bomberos, por lo menos, y a otras setenta personas.[2][3]
El gobernador Arnold Schwarzenegger declaró en estado de emergencia a siete condados de California.[8] El presidente Bush realizó la misma acción, y pidió la ayuda federal para complementar el del Estado y los esfuerzos de la respuesta local.[9] Cerca de 6000 bomberos fueron ayudados por las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional, 3000 prisioneros (por crímenes no violentos) y bomberos de Tijuana y Tecate.
Un factor contribuyente del fuego fue la sequía que se presenta en California del Sur. A su vez, los fuegos se abanicaron y se extendieron por los fuertes vientos de Santa Ana. Entre los días 26 y 27 de octubre el clima se registró más fresco y nublado, disminuyendo así la expansión de los fuegos.[10] Desde el día 28 de octubre, un repentino cambio del tiempo provocó ligeras precipitaciones en el estado,[7] beneficiando así al equipo de bomberos.
Algunos de los fuegos fueron iniciados por pirómanos. La Policía local arrestó a cinco sospechosos tras concluir que dos de los mayores focos en Orange y Riverside fueron iniciados intencionadamente.[5] El 31 de octubre informaron a su vez, que uno de los fuegos más destructivos en el condado de Los Ángeles (Buckweed Fire), fue originado por un niño que jugaba con fósforos.[11][12][13] El menor está con identidad reservada.[14]
El 3 de noviembre, autoridades estadounidenses exhortaron a los californianos a estar alerta el fin de semana ante condiciones favorables a la producción de incendios, debido a un aparente clima seco,[15] pero esto no causó ningún percance. Los incendios causaron daños estimados en 1,600 millones de dólares, sin calcular las pérdidas agrícolas.[16] El 6 de noviembre el estado de California afirmó que los incendios estaban bajo control. El 9 de noviembre, el Santiago Fire y el Poomacha Fire fueron finalmente apagados, terminando así la serie de incendios.[1]
El 24 de noviembre un nuevo incendio apareció cerca de Malibú, pero no causó mayor alarma y fue apagado en días posteriores.[17][18]
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