El internamiento es el encarcelamiento o confinamiento de personas, comúnmente en grupos grandes, sin juicio.[1] El término se usa especialmente para el confinamiento «de ciudadanos enemigos en tiempo de guerra o de sospechosos de terrorismo».[2] Por lo tanto, si bien puede significar simplemente el encarcelamiento, tiende a referirse al confinamiento preventivo, en lugar de confinamiento después de haber sido condenado por algún delito. Por tanto, la principal materialización del concepto de campo en nuestra época es el manicomio y, en general, las instituciones psiquiátricas. El uso de estos términos está sujeto a debate y sensibilidades políticas.
Las personas internadas pueden estar recluidas en prisiones, en instituciones psiquiátricas o en instalaciones conocidas como campos de internamiento. En ciertos contextos, estos también pueden conocerse oficial o peyorativamente, como campos de concentración.
El internamiento o desmovilización también se refiere a la práctica de un país neutral de detener a las fuerzas armadas beligerantes y el equipo en su territorio durante tiempos de guerra bajo la Convención de La Haya de 1907.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos restringe el uso del internamiento. El artículo 9 establece que «Nadie será sometido a detención arbitraria, detención o exilio».[3]