El invierno o ivierno[1] (del latín [tempus] hibernum ‘[estación] invernal’)[2][3] es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas. Sigue al otoño y precede a la primavera. Esta estación se caracteriza por días más cortos, noches más largas y temperaturas más bajas a medida que nos alejamos de la línea ecuatorial. En algunos países de la zona intertropical se utiliza la locución «estación lluviosa» para denominar a una época de mayor precipitación y pluviosidad, aunque en ocasiones se emplea el vocablo «verano» para referirse a la estación seca, e «invierno» para la estación lluviosa.[2]
El invierno, se caracteriza por ser una estación templada, es decir, los días son más fríos, con neblinas extensas y por lo regular los días son más cortos y las noches más largas.
Lo perteneciente o relativo al invierno, o lo propio del mismo, se conoce con los adjetivos «invernal»[4] e «hibernal».[5]