Un kuros (plural kuroi, del griego κοῦρος, κοῦροι, transcrito a veces erróneamente como kouros) es una estatua de un varón joven, fechada a partir del Periodo Arcaico del arte griego (sobre 650 al 500 a. C.). Es un tipo de escultura que imperó durante los siglos VIII–VI a. C. El equivalente femenino son las korai (singular kore).[1][2]
El término y la iconografía de los kuroi está relacionado con los curetes (Κουρῆτες). Estos eran los jóvenes armados acompañantes del rey sagrado, cuya misión era la de entrechocar sus armas con la idea de ahuyentar a los demonios durante las ceremonias rituales. Los kuros o curetes, también llamados coribantes llevaban el cabello largo con bucles o trenzas y se cortaban un mechón de su pelo para dedicarlo a la diosa Car[3] Los kuros estaban en estrecha relación con el dios sol Apolo[4] y con el ritual del recorte de cabello del rey sagrado, llamado Comiria, un ritual fúnebre anual posiblemente de origen libio y extendida hacia Asia Menor y Grecia.[5] En una variante de esta ceremonia antigua llevada a la mitología irlandesa, Blathnat ata los cabellos de Curoi a un poste de la cama antes de llamar a su amante Cuchulain para que lo mate.[6]
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