La Mahoma es un muñeco, con figura humana caracterizada a estilo musulmán, que representa al Bando Moro en las Fiestas de Moros y Cristianos de ciertas localidades de Alicante y Valencia como Benejama, Biar, Bocairente, Castalla, Bañeres y Villena. El uso del término en femenino se debe a que la Mahoma no representa a Mahoma, el profeta de la religión del Islam. La utilización de la efigie tiene una tradición de más de cinco siglos, aunque la documentación existente para ciertas localidades (Biar y Villena) date de 1838.[1][2]
Suele utilizarse para simbolizar la conversión del bando moro al cristianismo, por lo que en muchas localidades se lanza al agua o se moja la figura como símbolo del bautismo.[3]
Su presencia en las festividades de muchas localidades de España está documentada desde muy antiguo, así ocurre con Jaén en sus fiestas de 1463 (documenta también con los nombres de Aduar o Papaz en el siglo XVIII) en las que está documentada la presencia de esta figura, junto con un acto de conversión del Rey Moro; en las fiestas de Toledo de 1533 se utilizó un gran muñeco que se le conocía como “el gran Turco”; también existe documentación para las fiestas en Alicante en el siglo XVIII, o en Biar y Villena en 1838.[3][4]
Está conectada también con otras tradiciones dentro de la fiesta de moros y cristianos como son los “Bailes de los espías”. Así, en las fiestas de Alicante de 1700 ya aparecen los “espías”, personajes que ataviados de una forma singular tratan de medir e inspeccionar las murallas antes de la embajada mora, para entrar durante este acto con acompañamiento de música y bailando, de ahí el nombre de “baile de los espías”[3][2]
Existió en toda la comarca del Alto Vinalopó de Alicante hasta que se eliminó en algunos pueblos de la comarca tras el Concilio Vaticano II.[1]