Los doce trabajos de Heracles (en griego Οἱ δώδεκα ἄθλοι) (también, Hércules) son una serie de doce episodios legendarios, fueron las hazañas que el semidiós tuvo que realizar por culpa de Hera (la esposa de Zeus). Las luchas del héroe contra animales y seres fantásticos de gran influencia oriental, le sitúan antes del nacimiento de la literatura griega. «Es una cuestión abierta si los antiguos griegos tuvieron alguna oportunidad de ver un león vivo, pero la migración de la imagen del león y de las escenas de lucha con éste, están bien documentadas arqueológicamente» (Burkert 1985, p. 209), relacionando la historia de la serpiente con siete cabezas de la mitología de Ugarit mencionada en el Antiguo Testamento, en el libro de Isaías 27:1 y en el Nuevo Testamento, en el libro de Apocalipsis 13:1 (también denominado Revelación). El establecimiento de un ciclo fijo de doce trabajos era atribuido por los griegos a un poema épico (hoy perdido) escrito por Pisandro de Cámiros, quizás sobre el 600 a. C. (Burkert).
Tal como se conservan, los trabajos de Heracles no se narran en ningún lugar único, sino que deben ser recompuestos a partir de muchas fuentes. Ruck y Staples (pp. 169-170) aseguran que no hay una forma única de interpretar los trabajos, pero que seis estaban situados en el Peloponeso, culminando con la rededicación de Olimpia y los otros seis, parte de la misma secuencia, llevaron al héroe mucho más lejos. En cada caso, el patrón era el mismo: Heracles era enviado a matar o conquistar, o a buscar para el representante de Hera, Euristeo, un animal o planta mágicos. «Todos los lugares seleccionados eran baluartes de la diosa Hera y entradas al otro mundo» (Burkert, p. 169).
Una continuación de esta tradición de los trabajos fue la contribución helenística realizada con los protagonistas de los signos astrológicos del Zodiaco.