En lingüística histórica, una macrofamilia o superfamilia es una unidad filogenética conjeturada o tentativa que englobaría varias familias de lenguas, cuyo parentesco filogenético está bien demostrado o es bastante seguro. Es conveniente reservar el nombre familia para grupos de lenguas más estrechamente emparentadas, y para las que es posible reconstruir con abundancia de detalles la protolengua que dio origen por diversificación a la familia.
Para un cierto número de agrupaciones lingüísticas los detalles concretos de la protolengua no parecen recuperables, es más en ciertos casos se discute la validez de su agrupación como familia, para esas agrupaciones filogenéticas conjeturadas es mejor usar el término macrofamilia. Esa es la situación dominante en las lenguas altaicas, dentro de esa familia está establecida más allá de toda duda la existencia de varias familias: la familia túrquica, la familia mongólica y la familia tunguso-manchú y las lenguas japonesas, pero más allá de ellas la evidencia de que varias de estas familias o todas ellas tienen un origen común es débil.
El término superfamilia es básicamente equivalente al de macrofamilia, aunque tiende a usarse para las unidades filogenéticas conjeturadas más tentativas. Así se usa para la agrupaciones como las lenguas nostráticas, las lenguas dené-caucásicas o la macrofamilia proto-mundo, que englobaría -teóricamente- a todas las lenguas humanas.