Una mina terrestre es un artefacto explosivo diseñado para ocultarse enterrándola a poca profundidad o camuflándola sobre la tierra de tal forma que el explosivo que contiene detone al ser activada inadvertidamente por una persona o vehículo. Se componen de una carga explosiva y un detonador. El nombre se origina en la antigua técnica militar consistente en la construcción de túneles para debilitar y crear brechas en las fortificaciones enemigas.
Las minas terrestres se utilizan para asegurar fronteras en disputa y restringir el movimiento del enemigo en tiempos de guerra, de tal forma que las tropas atacantes puedan ser emboscadas o bombardeadas con mayor facilidad.
Desde el punto de vista militar, las minas permiten que una fuerza organizada pueda superar a otra más numerosa.
La mayoría de los países del mundo (actualmente, 144) han ilegalizado el uso y posesión de minas antipersona por parte de sus ejércitos. Las únicas democracias occidentales que no las han prohibido son los Estados Unidos y Finlandia. Otros países, como China, Ucrania, Rusia, Israel y Corea del Norte continúan utilizándolas.