En lingüística, la modalidad puede entenderse desde distintas perspectivas, la que predomina es la categoría gramatical, que se refiere a la expresión de la actitud del hablante respecto al contenido proposicional del enunciado, lo que se conoce como el "estatus" del enunciado.[1][2] A veces se usa el término "fuerza ilocutiva" con el mismo sentido que modalidad. La expresión gramatical de la modalidad en cada lengua se conoce como modo gramatical.
Para la Semántica y la Semiótica, la modalidad es la manera como el locutor se relaciona con su mundo y puede definirse como "el predicado que rige y modifica a otro predicado" de un enunciado y permiten saber "si un predicado es verdadero o falso; si es necesario, contingente o posible; si es cierto, incierto, probable o improbable".[3]
En términos de modalidad, la división principal entre enunciados distingue los "reales" (el hablante entiende que el contenido del enunciado es cierto, es decir, coincide con la realidad) o "no reales". El contenido puede ser "no real" cuando se trata del enunciado de un deseo, una orden, una suposición, etc. Para referirse a esta oposición se usan siempre los términos latinos realis e irrealis.