El montanismo fue un movimiento que se produjo en el interior de las comunidades cristianas primitivas, como un esfuerzo para revalidar las realidades pneumáticas y escatológicas de los primeros tiempos de la Iglesia. Se trataba de un «movimiento reavivador», como sería llamado posteriormente.
El conocimiento que se tiene de este movimiento se funda en el testimonio de los autores cristianos, como Eusebio de Cesarea, Epifanio, Clemente de Alejandría, Orígenes e Hipólito. De mayor importancia es, sin embargo, una fuente original en los escritos de Tertuliano, que se adhirió al montanismo hacia el final de su vida.