Movimiento de los chalecos amarillos | ||
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Localización | ||
País | Francia, Países Bajos, Alemania, Suecia, Canadá y Croacia | |
Datos generales | ||
Tipo | Movimiento social | |
Causa |
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Objetivo |
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Histórico | ||
Fecha de inicio | 17 de noviembre de 2018-presente | |
Desenlace | ||
Muertos | 14 | |
El movimiento de los chalecos amarillos (en francés: Mouvement des gilets jaunes) es un movimiento social de protesta que se formó en Francia a partir del mes de octubre de 2018.[3] El movimiento también se extendió, en menor medida, a otros países vecinos principalmente Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia, y España.[4]
Esta movilización tiene su origen en la difusión en las redes sociales de llamadas de los ciudadanos a protestar contra el alza en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. El movimiento se presenta a sí mismo en los medios de comunicación como espontáneo, transversal y sin portavoz oficial.[5]
Inicialmente se centra en el rechazo generalizado al alza del impuesto sobre el carbono,[1][6] pero se amplía rápidamente a otras reivindicaciones: la pérdida del poder adquisitivo de las clases medias y clases bajas, la renuncia del presidente Emmanuel Macron o la organización de un Referendo de Iniciativa Ciudadana (RIC).
El movimiento se organizó en torno a los bloqueos de carreteras y rotondas y varios eventos nacionales que han tenido lugar todos los sábados desde el 17 de noviembre de 2018. Al encontrar una fuerte participación en las diferentes regiones, las protestas se extendieron a las ciudades más grandes.
Entre sus líderes están Laëtitia Dewalle, Éric Drouet,[7] Ingrid Levavasseur, Priscillia Ludosky, Jacline Mouraud, Maxime Nicolle y Hayk Shahinyan, entre otros.[8][9] Desde el inicio de las manifestaciones y hasta el 10 de enero de 2019, más de 6.400 manifestantes han sido detenidos por la policía.[10]
2.100 manifestantes han resultado heridos, indican los datos del Ministerio del Interior. Según un exhaustivo recopilatorio realizado por el diario Mediapart, se han producido más de 500 casos de evidentes abusos policiales. Entre ellos, hay 22 manifestantes que han perdido un ojo, cinco que se han quedado sin una mano, 210 que sufrieron heridas en la cabeza.[11]
Unos tres millones de personas participaron en el movimiento de los chalecos amarillos.[12]