La nacionalidad o ciudadanía islandesa es el vínculo jurídico que liga a una persona física con Islandia y que le atribuye la condición de ciudadano.
La ley de esta nacionalidad, la cual está basada en el concepto jurídico de ius sanguinis (derecho de sangre), cambió el 1 de julio de 2003 para eliminar las restricciones a la doble ciudadanía. Los exciudadanos islandeses que perdieron su ciudadanía antes de esta fecha, tuvieron hasta el 1 de julio de 2007 para reclamarla.