La nacionalidad o ciudadanía sueca es el vínculo jurídico que liga a una persona física con el Reino de Suecia y que le atribuye la condición de ciudadano. La ley de esta nacionalidad se basa en el concepto jurídico de ius sanguinis (derecho de sangre). En otras palabras, ser hijo de al menos un ciudadano sueco es el método principal para adquirir la ciudadanía.
La ley sueca fue modificada significativamente a partir del 1 de julio de 2001 y, a partir de esa fecha, se permite la doble ciudadanía[nota 1] sin restricciones. Todos los ciudadanos suecos son automáticamente ciudadanos de la Unión Europea.
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