Nacionalismo de izquierda

Las revoluciones militares de 1943 en Argentina y de 1952 en Egipto, marcaron el comienzo de dos influyentes movimientos nacionalistas progresistas del Tercer mundo: el peronismo y el nasserismo.

El nacionalismo de izquierda (en ciertos contextos también llamado nacionalismo popular por aquellos que no adhieren a encuadrarse en el plano izquierda-derecha,[1]​ o por contraposición al nacionalismo conservador)[2]​ describe una forma de nacionalismo que, en lugar de basarse en la familia tradicional y los derechos de ésta, se fundamenta en conceptos filosóficos compartidos con distintos sectores de la izquierda política, como los de justicia social, soberanía popular y autodeterminación nacional (tanto política como económica).

El nacionalismo de izquierda, al igual que el de derecha, suele derivar en el chovinismo, especialmente en épocas de guerra. Así ha dado lugar al concepto de Chovinismo Social, que puede ser descrito como patriotismo agresivo o fanático, particularmente durante un tiempo de guerra, apoyando a la nación propia (p. ej., gobierno, cultura, etc.) sobre otras naciones, mostrado por socialistas o socialdemócratas. Durante la Primera Guerra Mundial, la mayoría de partidos de la izquierda política tomaron una posición social-chovinista, con pocas excepciones. La mayoría de socialistas dejaron de lado el antimilitarismo y su creencia en la unidad internacional entre la clase obrera a favor de "defensa de la patria", e inclinándose hacia el social-chovinismo, los casos más notables fueron los del Partido socialdemócrata alemán y el Partido Socialista francés.

La consecuencia de esta política en las relaciones laborales en los países beligerantes era algo llamado Burgfriedenspolitik en Alemania, un término derivado del concepto medieval de "paz (especialmente entre familias feudales) dentro de una ciudad sitiada"[3]​. Otros países tuvieron sus términos propios. Por esto, las huelgas y otras formas de acción industrial cesaron durante la guerra[4]​. Cuando estas re-emergieron después de la Primera Guerra Mundial, se formaron con el ejemplo de los bolcheviques de triunfar en una revolución, una esperanza por las condiciones la cual ocurrió durante la guerra fue una motivación importante para el fascismo.

Este concepto es el que está detrás del primer lema de la trilogía de George Orwell en su novela, la cual fue publicada en 1949, "Mil novecientos ochenta y cuatro: la guerra es Paz". Su sociedad imaginaria se mantiene alejada de protestas laborales por mantener un estado constante guerra.

El chovinismo social renació en la Europa del siglo XXI debido a las distintas crisis migratorias. Por ejemplo, en Alemania con el nacimiento de “Aufstehen” (En Pie), una plataforma liderada por Sahra Wagenknecht, diputada del partido de izquierda Die Linke, que propone como base de su acción política que "en este contexto de globalización, los asalariados y los obreros manuales no solo ven empeorar sus condiciones de trabajo, sino que sienten amenazada su propia identidad debido al crecimiento de la inmigración". Por lo tanto propone regular la inmigración a la que acusa de ser "mano de obra barata" que influye negativamente sobre el mercado laboral.[5][6][7][8][9]

Otras vertientes del nacionalismo de izquierda ponen el acento en la rebeldía de una nación contra otra nación que la oprime (ya sea política, militar o económicamente), y así pueden clasificarse como nacionalistas de izquierda a todos los movimientos de liberación nacional, antiimperialistas o anticoloniales que luchan por la independencia de sus naciones.

Ejemplos notables de movimientos nacionalistas populares han sido el Congreso Nacional Indio que dirigió la lucha por la independencia de la India desde fines del siglo XIX; el Sinn Féin durante la Guerra de Independencia de Irlanda; el maoísmo que dirigió la Revolución Cultural china e inauguró la China moderna; el nasserismo, como principal expresión del nacionalismo y la unidad árabe en el siglo XX; los gobiernos «populistas» latinoamericanos de las décadas de 1940 y 1950, cuyos principales exponentes fueron Getúlio Vargas y João Goulart en Brasil, Jacobo Arbenz en Guatemala, Lázaro Cárdenas en México, y el Movimiento Nacionalista Revolucionario en Bolivia; el Partido Baaz Árabe Socialista, principal impulsor del socialismo árabe, de gran influencia en Siria e Irak; el APRA en Perú, primer gran movimiento político latinoamericano de carácter antiimperialista, fundado en 1924; el grupo FORJA y la corriente de la Izquierda nacional, ambos en Argentina; el nacionalismo palestino bajo la conducción de Yasser Arafat y la Organización para la Liberación de Palestina; los gobiernos militares de Omar Torrijos en Panamá y Velasco Alvarado en Perú, entre las décadas de 1960 y 1970; y la tercera teoría universal, base doctrinaria de la Yamahiriya impulsada en Libia por el coronel nacionalista Muammar al-Gaddafi desde la década de 1970. También el Kuomintang que encabezó la revolución republicana china fue en sus inicios nacionalista e izquierdista, pero luego de la muerte de su líder Sun Yat-Sen el partido quedó en manos de Chiang Kai-Shek y su ideología viró hacia el nacionalismo de derecha alineándose al tercerposicionismo anticomunista y con los EE. UU. al finalizar la Segunda Guerra Mundial y en los inicios de la Guerra Fría.

Pese al rechazo del marxismo hacia el nacionalismo, el nacionalismo de izquierda ha aparecido también bajo formas marxistas, como por ejemplo el «patriotismo socialista» impulsado por Stalin en la Unión Soviética; la teoría de los tres mundos de Mao Tse Tung; el gobierno de Nicolae Ceausescu, que impulsó un desarrollo de Rumania más o menos independiente de la Unión Soviética; el socialismo autogestionario de Josip Broz Tito, que como líder de Yugoslavia rompió con la Unión Soviética y fue impulsor del Movimiento de Países No Alineados; la ideología juche del revolucionario coreano Kim Il-sung, que fusiona la tesis marxista con elementos nacionalistas y tradicionalistas coreanos actualmente representados por el Partido de los Trabajadores Coreanos; la corriente de la «izquierda nacional» en Argentina, que promovió una interpretación marxista de la cuestión nacional y tuvo influencia también en Bolivia, Uruguay y Chile; los movimientos obreros en las regiones europeas donde la burguesía, en contradicción con la oligarquía, tiene fuerza relativa para organizar «nacionalismos periféricos» o separatistas, como por ejemplo el nacionalismo gallego, la izquierda abertzale vasca, el republicanismo catalán y el republicanismo irlandés; y los de ideología comunista, que formaron parte de la lucha por la descolonización durante el siglo XX, como por ejemplo, el Vietminh y el Vietcong, en Indochina, o el MPLA en Angola. También el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, influido por un fuerte sentimiento de patriotismo, rescata las ideas y valores de Simón Bolívar y de otros patriotas venezolanos, al tiempo que impulsa un «socialismo del siglo XXI», que no reniega de cierta inspiración marxista. Un ejemplo similar fue la Revolución Sandinista de 1979 en Nicaragua, que hundía sus raíces en el antiimperialismo de Sandino de la década de 1920, pero le agregaba una ideología marxista-leninista y una afinidad con la URSS.

También puede entenderse como nacionalismo de izquierda a todo régimen de izquierda (por ejemplo, en los gobiernos comunistas), que ponga el acento en el patriotismo y la exaltación de los valores o tradiciones nacionales (tomando en algunos casos una posición más conservadora al respecto, sobre todo frente a fenómenos como la globalización).

  1. El nacionalismo popular en Chile, por Pedro Godoy Perrín
  2. El nacionalismo
  3. «"Burgfriedenspolitik" en Geschichte Kompakt». 
  4. O'Kane, Rosemary H. T. (2014). Routledge, ed. Rosa Luxemburg in Action For Revolution and Democracy (en inglés). Londres: Taylor & Francis Group. pp. 113 - 114. ISBN 9781317693369. Consultado el 12 de septiembre de 2023. 
  5. Alabao, Nuria (5 de septiembre de 2018). «¿Una izquierda obrera y chovinista para frenar a la extrema derecha?». Contexto y Acción (Madrid). Consultado el 12 de septiembre de 2023. 
  6. TÉLAM. «Una alternativa transversal sacude la parálisis alemana». www.telam.com.ar. Consultado el 2 de agosto de 2023. 
  7. «Beschluss des Parteivorstands:Linke: Wagenknecht soll Mandate zurückgeben» [Resolución de la directiva del partido Die Linke: Wagenknecht debe devolver los mandatos]. ZDF (en alemán). 10 de junio de 2023. Consultado el 4 de septiembre de 2023. 
  8. «No, Die Linke no está a punto de dividirse – Una de sus tendencias está a puntp de acabarse». Revista Rosa. Consultado el 2 de agosto de 2023. 
  9. «The Wagenknecht Question» [La cuestión Wagenknecht]. Jacobin (en inglés). 15 de febrero de 2017. Consultado el 2 de agosto de 2023. 

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