En la música, el nacionalismo se refiere al uso de materiales o temas que son reconocibles como nacionales o regionales.[1][2][3] Por ejemplo, el uso directo de la música folclórica, y el uso de melodías, ritmos y armonías inspirados por este tipo de música; también incluye el uso del folclore como base conceptual, estética e ideológica de obras programáticas u óperas.
El nacionalismo suele relacionarse con el romanticismo musical de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, pero hay ya evidencias del nacionalismo tanto a inicios como a finales del siglo XVIII. Históricamente, el nacionalismo musical del siglo XIX ha sido considerado como una reacción contra el «dominio» de la música romántica alemana.
Los países más frecuentemente relacionados con el nacionalismo musical son: Rusia, Polonia, Rumanía, Hungría, Noruega, Finlandia, Suecia, Ucrania, España, Reino Unido, en Europa, y Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Chile, Cuba, Colombia, Puerto Rico, Venezuela, en América. El autor, compositor y musicólogo, que fundamenta esta corriente en España es Felipe Pedrell. El primer y más importante compositor iberoamericano en destacar en los círculos musicales de Europa fue el brasileño Heitor Villa-Lobos.